Electroestimulación muscular para fitness y salud

Por Alimentatubienestar @alimentatubiene

Recientemente tuve la oportunidad de asistir como profesional invitado a la feria Gym Factory en el Parque Ferial Juan Carlos I de Madrid. Se trata de una de las citas referentes en nuestro país sobre fitness y salud. Un lugar perfecto para entrar en contacto y conocer las últimas tendencias en entrenamiento, alimentación y equipación deportiva.

Uno de los aspectos más destacables en esta edición ha sido constatar como la tecnología se está abriendo paso también en este campo, siendo los stands más llamativos áquellos que mostraban los últimos avances en eslectroestimulación muscular, más conocida por sus siglas en Inglés: EMS ( Electrical Muscle Stimulation), aunque ahora se comienzan a añadir una A (Active) a las siglas: AEMS, para aludir al componente activo que está siempre presente en este tipo de entrenamientos.

¿En qué consiste la electroestimulación muscular?

Cada vez que contraemos un músculo de manera voluntaria, nuestro cerebro le envía una señal eléctrica (impulso nervioso) activando las correspondientes unidades motoras para contraer las fibras musculares.

En el siglo XVIII Luigi Galvany, demostró que al hacer pasar una corriente eléctrica por la médula espinal de una rana, se pueden provocar contracciones musculares involuntarias. Ese experimento se repite aun hoy día en facultades de biología y de medicina, para demostrar que la electricidad tiene la capacidad de generar una contracción muscular.

Su utilización en el campo de la preparación física y la rehabilitación no es nueva, pero es ahora cuando se han desarrollado trajes especiales capaces de estimular la contracción, no ya de un sólo grupo muscular, sino de varias decenas de músculos al mismo tiempo mediante electrodos situados muy cerca de la piel y controlados por un ordenador.

¿Cómo funcionan los trajes electroestimuladores?

Gracias a la generosidad de XBody, tuve la oportunidad de probar uno de estos trajes electroestimuladores y sentir en carne propia las sensaciones que provoca un entrenamiento completo de 25 minutos, incluyendo la calibración inicial. La calibración tiene como objetivo adaptar el entreno al momento de activación personal en base al estado de descanso, hidratación e incluso al estado anímico.

Para poder utilizar el traje, me prestaron dos prendas elásticas de ropa interior (un culotte y una camiseta) capaces de transmitir el impulso eléctrico desde los electrodos del traje hasta mi piel.

La preparación previa incluyó humedecer suficientemente con agua en spray tanto la parte interior del traje, como mi propia ropa, aunque esto no suele ser necesario si el ambiente no es especialmente caluroso y/o seco, como sucedía en el caso del recinto ferial.

Con esto, y ajustando el traje convenientemente, garantizamos que la corriente eléctrica llegue hasta los músculos. Con tres tallas diferentes de trajes es posible adaptarlos prácticamente a cualquier persona, o al menos así me lo comentó Pietro Delfine, el amable instructor (Master Trainer especializado en por el EMSTRAINER Institute XBODY Worldwide) que me acompañó durante toda la sesión.

El traje queda bajo el control de un ordenador que al que se conecta mediante un conector paralelo y un cable lo suficientemente largo para no dificultar los movimientos. Una aplicación de software se encarga de regular los impulsos eléctricos para coordinarlos y ajustar tanto su intensidad como la frecuencia y duración de los mismos, en función del objetivo de la sesión. A través de una pantalla táctil seleccionamos entre diferentes tipos de entrenamiento disponibles: calentamiento, relax, moldear, reducción de peso, tonificación...

Antes de comenzar y únicamente durante la primera sesión, es necesario calibrar el dispositivo. En este caso, dado que el modelo del traje permite una electroestimulación diferenciada por cada grupo muscular, fuimos calibrando la intensidad de los impulsos eléctricos en función de mis sensaciones para cada uno de ellos.

El entrenamiento mediante trajes de electroestimulación muscular no es gimnasia pasiva y requiere de movimientos activos. La sesión comienza con una calentamiento de tres minutos en el que realizamos movilizaciones articulares y una ligera activación cardiovascular. Mientras tanto, uno comienza a sentir el característico hormigueo, casi como un masaje, que produce la electroestimulación sobre los músculos.

En mi caso, seleccionamos un programa de musculación con una duración total de unos 15 minutos. Durante todo este tiempo realicé sencillos ejercicios acompasando mis movimientos musculares y respiración con la estimulación eléctrica que llegaba en oledas de unos cuatro segundos de duración, en ocasiones bastante intensas, separadas por descansos de un segundo. Estos parámetros son regulados por el entrenador en función de los objetivos pretendidos.

Las sensaciones no son en absoluto desagradables pero, en función de la intensidad, los músculos llegan a contraerse con bastante fuerza y ejercicios que no suponen normalmente ningún esfuerzo (personas sedentarias los realizarían sin ningún problema) pueden llegar a resultar bastante exigentes. Si, uno suda, se cansa y nota como se incrementa el ritmo respiratorio así como la fatiga muscular, incluso aunque la decisión de la contracción muscular no sea propia. El ejercicio puede llegar a ser notablemente intenso.

Por si te lo estás preguntando, el gasto energético lo realiza tu cuerpo tomándolo de sus reservas de ATP y glucógeno muscular, ya que los impulsos eléctricos sobre las estructuras musculares contráctiles, tan sólo aportan el estímulo inicial. Además la intensidad propia de la estimulación puede inducir cambios metabólicos durante la fase de recuperación posterior a la sesión de entrenamiento, con el gasto energético adicional que ello conlleva.

¿Qué ventajas tiene la electroestimulación?

Supone un entrenamiento rápido y eficaz de los músculos. Con dos sesiones de 20 minutos semanales obtenemos toda la estimulación necesaria para mejorar el tono y la fuerza musculares.

Está indicado en personas sin entrenamiento previo, también en la tercera edad e incluso para recuperarse de determinadas lesiones, siempre respetando los parámetros de progresión y de adaptación a cada individuo y estado de partida. Además resulta eficaz como entrenamiento complementario en deportistas y atletas.

Al no implicar apenas a las articulaciones, puede utilizarse con un riesgo de lesión muy bajo e incluso si existen problemas de movilidad. Cuando, como es el caso de este traje en cuestión, puede regularse cada grupo muscular por separado, permite equilibrar la musculatura fortaleciendo los eslabones más débiles y estabilizando posibles problemas posturales o de desarrollo asimétrico. El entrenador elige de acuerdo a estos objetivos, lo movimientos voluntarios, posturas y gestos deportivos adecuados.

Por otro lado, aunque debido a la brevedad de la sesión, no se consume mucha energía (de 13 a 17 Kcal. por minuto), durante la recuperación posterior el gasto calórico puede verse notablemente incrementado debido a los procesos de regeneración, por lo que puede ser una ayuda importante, junto a una dieta y ejercicios adicionales adecuados, en la pérdida de peso.

Se establece un descanso óptimo de hasta 72h entre sesiones por la regeneración de estructuras contráctiles/tendinosas. La recarga energética que se consigue entre las 24 y 36 h posteriores.

La frecuencia de las ondas (en hertzios) e intensidad del estímulo (en microsegundos) son regulables, lo que facilita la obtención de diferentes objetivos personalizados, estimulando incluso diferentes tipos de fibras musculares en función de las necesidades o preferencias.

¿Qué desventajas tiene la electroestimulación?

Requiere de un equipo muy sofisticado y de un instructor experimentado que nos guíe en su calibración y utilización adecuados.

Aunque los riesgos de lesión son muy bajos, se han descrito casos de rabdiomiolosis, pero sólo cuando se utilizaban intensidades muy elevadas, se combinaba con ejercicios extenuantes y/o existía una predisposición previa, por lo que su aparición prácticamente se descarta cuando se utilizan protocolos de utilización segura. Éstos protocolos además previenen bajadas de tensión importantes o posibles hipoglucemias. Recuerda que todo entrenamiento es una agresión ante la que el cuerpo se adapta haciéndose más fuerte, pero sólo si se realiza de manera progresiva y no se sobrepasa la capacidad de nuestro organismo para compensar el daño.

Por otro lado se trata de unos estímulos que no implican apenas al sistema nervioso central (aunque si al periférico), el cual no debemos olvidarlo, también requiere ser entrenado para poder reclutar en un momento dado y de manera voluntaria toda la fuerza muscular que hemos adquirido.

Respecto al precio, podemos encontrar ofertas para bonos de 5 sesiones en torno a los 80€.

Y tú, ¿conocías la electroestimulación muscular? ¿Tienes alguna experiencia positiva o negativa que te gustaría compartir? Estaremos encantados de poder leerlo en el hilo de comentarios.

Imágenes Luis Hernández