Un lugar sin paredes, donde poder disfrutar de ver como la luz atraviesa cada estancia.
Un espacio sin pudores que se deja ver al desnudo, mostrando elementos tan básicos como el ladrillo. Ese tipo de espacios que nos descubren un lugar cómodo, un espacio luminoso, y de los que sin mas el orden se confunde entre realidad y ficción.
Nuevamente en pie, en otra semana mas después de la resaca de San Valentin.De días de carnaval y fiesta donde aunque sean días de risa y color…nos toca fichar en la oficina, porque a las 7 tocan diana.
Pero los lunes también pueden ser creativos, que vienen con la agenda repleta, de nuevas colaboraciones, de proyectos que se terminan para empezar otros nuevos y muy interesantes, y con muchas ganas de seguir apostando por la diferencia.
Hoy, sin mas, entre sencillos elementos, me apetecía empezar soñando con uno de esos lugares y materiales que siempre admire para si un día podía, ponerlos en mi casa. El ladrillo.
Un material básico, de reminiscencia industrial, y que se…que de un modo u otro…aparecerá tarde o temprano en casa para revestir alguna que otra pared.
Este pequeño apartamento cuenta con la elegancia de un estilo retro e industrial, que sobre todo y bajo el sello escandinavo de espacios luminosos, blancos e impolutos, deja entrever piezas de tanta personalidad y formas reinventadas para hacerse con cada estancia.