En lo que respecta a educación debemos tomar en cuenta algunos elementos básicos que ya no como profesores, educadores, niñeras, psicólogos, pedagogos o padres de familia, sino más bien como seres humanos debemos tomar en cuenta al momento de educar.
1) Tomar en cuenta las necesidades del niño.
Lo primero que debemos tomar en cuenta son: las necesidades individuales del niño desde que entramos en contacto con él, sabemos que cada niño emerge de un contexto familiar distinto –y que lamentablemente en estos días abundan en demasía las discusiones entre padres de familia, limitaciones económicas, infidelidades, violencia intrafamiliar, etc.– del cual nosotros somos ajenos, sin embargo lo primero que debemos establecer en nuestra mente es precisamente que no somos ajenos; más bien somos parte de la situación y por lo tanto debemos involucrarnos con el niño, establecer esa conexión con él.
“El niño es metafóricamente hablando, es como un barquito a la deriva que va buscando un puerto donde llegar como consecuencia de esas [tormentas] que vive a diario”.
2) Establezca una conexión honesta con el niño.
Se debe establecer mediante una serie de acciones cotidianas y de manera progresiva dentro de la escuela, esta conexión debe comenzar desde que el niño llega a nosotros.
Debemos mirarle a los ojos, sonreirle, saludarle (por su nombre) preguntarle como se siente (interactuar con él no como parte de una rutina programada) esperar a que responda, permitir involucrarse al resto de los compañeros en la conversación, abrazarle, besarle con el propósito de hacerlo sentir cómodo y que sienta que vale la pena ir a la escuela.
3) Observe detenidamente
Dedique tiempo a observar a los niños, investigue que les incomoda, molesta o enoja, que les agrada, los alegra o los pone felices, cuales son sus gustos e intereses, esto le dará un perfil claro de la personalidad del niño; después de esto involucrese en este mar de perspectivas y aprenda de esa diversidad que Dios nos dió para complementar este hermoso y único rompecabezas.
4) Hágalo sentir parte de algo
Permita la convivencia entre los niños con usted, todos somos parte de esa energía pura y viva que reside en nosotros, debemos transmitirles esa calidez que todo ser humano necesita esa sensación de ser escuchado & aceptado. Para ello un excelente recurso es la lúdica (el juego, no necesariamente programado, los chistes las bromas, las actividades recreativas, todo se vale) no solo fortalecemos el sentido de pertenencia a un grupo que es parte de la autoestima del niño sino damos esa seguridad al niño que necesita como ser humano.
5) Paciencia & Amor
Sea paciente, recuerde que los niños son el resultado de lo que ven y escuchan de manera cotidiana; pero deberá poner mayor énfasis en aquellos niños que son llamados problemas (término incorrecto, ya que empeora el comportamiento del niño) ya que son los que más necesitan de usted como ser humano, sienta empatía e imagine que quizá no la esta pasando bien en su casa y la única manera de manifestar esa inconformidad es a través de su comportamiento; a esto deberá entonces manifestar su amor por los niños ya que esta las barreras mas altas erigidas por estos niños se derrumbaran con su empatía y amor.
Escuche, responda, abrace, bese hasta que no pueda más; sea ese refugio, bálsamo o puerto que todo niño y/o ser humano necesita para estar bien consigo mismo ya que todos somos como lo decía anteriormente parte de esa energía pura y viva que nos mantiene buscando cumplir el propósito que llevamos dentro de nosotros por cumplir en esta vida.
“Lo que hace falta en el proceso educativo no son profesores, educadores, psicólogos, pedagogos o especialistas; lo que hace falta son seres humanos que demuestren empatía por otros y amen atendiendo las necesidades individuales de cada uno de nosotros”.