Son parásitos que se pueden desarrollar en el intestino u otros órganos del cuerpo humano, estos aunque no tienen consecuencias importantes, pero resultan muy molestos, sobre todo por la noche.
Estas lombrices pueden llegar dentro de nuestro cuerpo a través de frutas y verduras contaminadas, el agua que bebemos, con un contacto directo del suelo, la carne de vaca o de cerdo, el pescado de agua dulce o simplemente con una persona ya contaminada.
El síntoma predominante es el picor del ano, que conlleva a un deseo incontrolable de rascar la zona, cosa que no es muy prudente puesto que puede contaminarse aún más, sobre todo después de ir al baño, hay que extremar la higiene y mantener la zona muy limpia.
El simple hecho de lavarse las manos bien antes de sentarse a comer y principalmente antes de empezar a cocinar ya evitaría el contagio o el empeoramiento, así como lavar bien los alimentos frescos tales como la fruta y verdura. La cocción de la carne o pescado debe de ser óptima para su consumo, destacando más la cocción de la carne roja, así evitaremos comer nada crudo o mal hervido.
El ajo es el principal combatiente de las lombrices por ello podemos comernos dos dientes de ajos crudos al día, cada uno en una comida distinta, o podemos también poner 6 ajos en un vaso de leche a macerar durante la noche, para al día siguiente en ayunas beberlo, esto se debería tomar para que funcione diez días seguidos.
Otro remedio natural es tomar infusión de ajenjo, la cual la haremos poniendo a hervir un litro de agua con una cucharada de hojas secas de ajenjo, quitándola del fuego una vez hervida y dejándola reposar, una vez vayamos a usarla la colaremos previamente y tomaremos tres tazas al día hasta que ya no tenga ningún síntoma.