Publicado por Álvaro Saval
El otro día me escribió una chica preguntando sobre la generación NoMo. Que viene a ser básicamente mujeres que no quieren ser madres. Que escogen esa opción.
Lo primero que me vino a la cabeza es aquella frase del exministro de justicia: " la libertad de la maternidad es la que hace a las mujeres auténticamente mujeres". Hay que valorar que estamos dando pasos en lo referente a relaciones por encima de la tasa de asimilación que tiene la sociedad. Eso no es malo pero si requiere tener paciencia para romper (o al menos para aguantar) con ciertos tópicos, con ciertas frases y con ciertos tabúes que se superarán. Pero no han sido superados todavía. Por poner un ejemplo, he recibido un mensaje de un fotógrafo que quiere hacer un reportaje sobre poliamor y no he encontrado a mi alrededor (Valencia), en mi zona de influencia a nadie que lleve ese tipo de relación o, al menos, que quiera participar. Mi entorno suele ser más clásico, las infidelidades, en secreto.
Volviendo al tema, lo de ser madre, parece evidente que a mejor posición social, mejor carrera profesional, menos deseo de tener hijos. Pero podríamos entrar a valorar si eso se debe a la ausencia de deseo o a que, simplemente, no compensa en términos de tiempo. Egoísta, llamarán a esas mujeres. Puedo comprender (no comparto) que esa posición se denomine egoísta, no entiendo sin embargo que se llame amor o generosidad al hecho de querer TENER un hijo que sea TUYO. El deseo de ser madre podría ser saciado con adoptar a alguien que no haya tenido suerte de nacer en unas condiciones para poder acceder a una vida saludable.
Pero volvamos a la decisión de que NO quiere. No es sólo que me parezca respetable, me parece admirable que haya mujeres que quieran romper un sistema que sigue siendo capaz de intentar sostener la idea de ser madre como el pronóstico de futuro de cualquier mujer. Podrán trabajar, casarse, convivir en pareja, acceder a puestos directivos...todo eso ya veremos pero básicamente siguen siendo potenciales madres. No pasa así con los hombres y no debería ser así con las mujeres.
Que tengan la posibilidad de serlo no quiere decir que tengan que serlo. Ni que quieran. Y es ahí, en la voluntad, en la libertad de la mujer donde radica que realmente sean mujeres. No en el hecho de la maternidad. Porque Gallardón intentaba parafrasear esta frase algo más acertada de Azaña.
La libertad no hace ni más ni menos felices a los hombres; los hace, sencillamente, hombres.
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