Es una pena que solo se haya exhibido en el Festival de Cannes en Buenos Aires y que no tenga programación para las salas comerciales porque verdaderamente nos ofrece una mirada sobre la fortaleza femenina y la complejidad del ser humano que vale la pena apreciar desde este ángulo. A partir de un comienzo violento que pone en escena la violación de la que es víctima, Michèle va a demostrar una manera diferente y oscura de transitar ese momento.
Un pasado familiar que forjó su personalidad de hierro, un vínculo con los hombres muy especial con una tendencia a controlar todas las situaciones -ex marido, amante, hijo, empleados de su empresa-, hacen de Michèle una mujer que ha sido considerada una Bovary del postfeminismo y que protagoniza o es víctima de lo que Hannah Arendt describió como la "banalidad del mal"; esa condición según la cual los peores monstruos no vienen con tridente ni salen de sarcófagos o con la luna llena, sino que pueden ser personas simples y corrientes, lobos en piel de cordero, que ejercen su maldad mientras rezan en la iglesia, alimentan a un bebé o ayudan a un anciano a cruzar la calle. En ese marco, este personaje fuerte y dominante, aún en el sometimiento, es la esencia del film con una Huppert que electriza en cada una de sus apariciones.
En tiempos de "Ni una menos", en épocas donde la violencia machista se evidencia en lo cotidiano y por suerte se naturaliza cada vez menos, ver este film invita a la reflexión sobre el rol de las mujeres no solo como víctimas, sino también como dueñas de su destino. Ojalá se pueda conseguir online y much@s de ustedes logren verla así podemos intercambiar opiniones. Realmente vale la pena. ¿Alguien más la vio? ¿Comentarios? Nos leemos, amig@s; buen comienzo de semana!