Si nuestra artista de la semana exploraba las posibilidades de la fotografía como narración onírica y fantástica, el trabajo de Ellen Kooi sigue estas mismas líneas apoyándose en una producción más ambiciosa. En esta Luz holandesa, su más reciente exposición en España, albergada en la sala Espacio Líquido, incide en esos terrenos ambiguos en los que color y forma diluyen la realidad y nos arrastran al mundo de lo improbable.
Artificio visual ante todo, Kooi recurre a su experiencia en teatro y danza para crear escenas familiares y a su vez mágicas. Cuentos de hadas de sombra pronunciada, como una buena producción de Tim Burton, donde retratado (niños en su mayoría), paisaje (territorio holandés) y acción se funden en una historia sin final aparente y en la que flotan miedos reales y simbólicos. Luz holandesa es un gran trabajo de dirección fotográfica, aparte de una oportunidad de recordar las posibilidades de un formato, el panorámico, con una marcada tendencia hacia el paisajismo.