Según un análisis de muestras sanguineas y ecografías realizado por investigadores
de los Institutos Nacionales de Salud. Este estudio publicado en JAMA Pediatrics encontró que los contaminantes
orgánicos persistentes (COP) son químicos que alguna vez se usaron en la
agricultura, el control de enfermedades, la fabricación y los procesos
industriales. Incluyen el pesticida DDT y la dioxina. Los COP se descomponen
lentamente, pueden persistir en el agua y el aire, y pasar a través de la
cadena alimentaria. Sus compuestos se han relacionado con trastornos
reproductivos y un mayor riesgo de defectos de nacimiento. Los investigadores
analizaron, muestras de sangre almacenadas y una serie de ecografías tomadas de
las semanas 16 a 40 de 2.284 mujeres embarazadas. Los niveles de COP en la
sangre de cada mujer se compararon con la circunferencia de la cabeza, la
circunferencia abdominal y la longitud del fémur de los fetos de las mujeres y
descubrieron que, los fetos expuestos a pesticidas organoclorados, tuvieron las
reducciones de crecimiento más generalizadas. Los altos niveles de bifenilos
policlorados similares a las dioxinas le siguieron con una reducción promedio
de la circunferencia de la cabeza de 6.4 mm y una reducción de la
circunferencia abdominal de 2.4 mm. Los altos niveles de éteres de difenilo
polibromados se asociaron con una circunferencia abdominal promedio de reducción
de 2,4 mm y una reducción media de la longitud del fémur de 0,5 mm. Estos hallazgos sugieren que las sustancias químicas, persisten en el medio ambiente, pueden tener efectos duraderos en la salud del feto incluso a niveles bajos.