Emisiones GEI: Bajando los malos humos a la aviación

Por Juanjo Amate Juanjo Amate @tehagoeco

Si al cierre de la Cumbre Mundial del Clima COP21 de París preguntabas por quien había salido ganando, casi con toda probabilidad la industria del transporte aéreo aparecía como una de las grandes beneficiadas debido a la ausencia total de compromisos que le afectaran. Tal es así que incluso Brandalism en los primeros días consiguió colocar algunos posters publicitarios referidos al verdadero compromiso de las aerolíneas en materia de cambio climático.

Difícil haberlo reflejado de una forma mas directa: ¿Comprometerse con el Cambio Climático? Por supuesto que no, somos una aerolínea. Es precisamente uno de los ejemplos que pudimos conocer semanas antes de la cumbre de París, en un vuelo a la isla de Tenerife, donde Sostenibilidad a Medida participó en un seminario de Ecodiseño y Sostenibilidad, la aerolínea facilitaba en el billete la información sobre las emisiones de GEI derivadas del trayecto, una buena medida. Sin embargo tan sólo trasladaba la responsabilidad y la asunción de medidas compensatorias al viajero, puesto que no contaban con ninguna medida de reducción o mitigación de su emisiones de efecto invernadero. Tal es así que las únicas que comunicaban señalaban que pretendían ser Neutros en Carbono a partir de 2016, pero … tan sólo para el aumento de emisiones que registraran respecto a 2014. Greenwashing del bueno.

La sostenibilidad al final es cuestión de números

Y es que aunque algunas aerolíneas retuercen las palabras para que los números cuadren, lo cierto es que echando cuentas sobre el coste que puede suponerles ciertos cambios en el clima como consecuencia del cambio climático, la cifra parece haberles disparado algunas alarmas y empieza a crearse una verdadera conciencia del problema al que se enfrentan. Y ya sabemos que, tal y como señala Andrew Hoffman “Parte de la complicación con el cambio climático es que se ha presentado como un problema verde, cuando en realidad estamos hablando de una cuestión económica, de salud o de equidad social”. (Recomendamos su entrevista en el número 3 de Ballena Blanca). Y en esa perspectiva económica han empezado a comprobar cómo cruzar el Atlántico les puede suponer mas o menos coste en combustible en función de cuestiones climáticas, que precisamente este año el fenómeno de El Niño está haciendo mucho mas patentes.

Primeros compromisos de reducción de emisiones

Y parece que algo se está moviendo en serio cuando apenas un mes después de la Cumbre Mundial del Clima de París y en el seno de la OACI (Organización de la Aviación Civil Internacional) ya se ha llegado a un acuerdo para afrontar compromisos de reducción de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero en el seno de la industria llegando incluso a proponer medidas en torno al diseño y la fabricación de los propios aviones. Se llega incluso a comprometer la reducción de 650 millones de toneladas de GEI entre 2020 y 2040 lo que es ambicioso pero a la vez necesario, puesto que pese a que la aviación por si misma no está entre las principales actividades emisoras de CO2, si que es cierto que por el tipo de combustible usado y el hecho de emitir a grandes alturas, la repercusión y gravedad es mas de lo que señalan los porcentajes.

Parece que una buena noticia que viene a contrarrestar el amargo acuerdo de la UE que va a favorecer que la industria del automóvil si que siga con sus prácticas de Greenwashing y no tome de una vez compromisos en serio en materia de cambio climático. Seguiremos pendientes a ver si los preparativos de COP22 en Marrakech siguen dando lugar a compromisos en la buena dirección.

@tehagoeco

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