Nunca dimensionaremos adecuadamente, aún empeñándonos en ello, los sentimientos y las emociones que nuestras palabras alcanzan a generar en los pacientes... Uno de esos sentimientos, muy presente en la consulta, es el miedo...
Ocurría en estos días: -. Buenos días, Doctor! Disculpe si vengo así, a estas horas, pero es que estuve en el hospital (parada para tomar aliento)... -. Nada, nada, tranquilícese mujer, y dígame: que fue lo que le ocurrió? -. Pues que me encontraba mal y me fui al hospital, a Urgencias, sabe Ud.?... Y allí, de lo que hablaron, me pareció escuchar la palabra leucemia, y claro, no consigo quitármela de la cabeza! Vengo asustadísima...! -. A ver, le dieron un informe, verdad?... Déjemelo, por favor... -. Sí, sí, me dieron esto... ... (Leyendo el informe) ... -. Por lo que veo Usted acudió a urgencias porque se encontraba débil y mareada... -. Sí, desde esta mañana, al levantarme... -. Pues tranquilícese... Lo que Ud. escuchó no fue leucemia, sino hipoglucemia, esto es: una bajada de azúcar!
Reflexionemos: y que historias como la de hoy sirvan para evitar que ocurran.