No siempre es necesario viajar a tierras lejanas ni acumular miles de kilómetros sobre nuestras espaldas para encontrar lugares de los que enamorarse.
L'Empordà... tan cercano... tan maravilloso... ofrece rincones, colores, gastronomía, costa para colmar los deseos de cualquier viajero.
Mi segunda casa... una tierra bendecida con todas las gracias y en la que cualquier rincón está lleno de encanto.
Las imagenes de hoy están tomadas en Pals... un pueblo medieval que merece más de una visita.
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Not always it's necessary to travel far lands to find place to fall in love with.L'Empordà... so close... so wonderful... offers charming corners, colours, food, coast enough to satisfy the desires of any traveler.It's my home... it's a blessed zone where every corner is full of charm.These images were taken in Pals, a medieval village which worths more than a visit.
(Photos by Y tan Flamenca! Don't use them without permission)