Ahora pon tu atención directamente en el foco de tu problema físico. Puede estar centrado en un órgano o zona, o puede ser global y no saber de donde procede, pero sí sientes los síntomas que produce; en este caso céntrate en el síntoma más molesto. Siente la molestia y luego, simplemente vuelve a centrarte en la respiración, lenta, profunda, circular, relajante…
Estás preparándote para ver tu cuerpo desde otro ángulo, siente que estás sentado frente a ti. Te ves, con los ojos cerrados, respira
Entra en ti y ve ahí donde surge el problema, ya sea un órgano, las venas, arterias, articulaciones, huesos… simplemente ve.
Eres foco de luz, no conduces ni canalizas la luz del exterior, la energía del exterior; TU ERES ESA LUZ, eres ENERGÍA y nadie mejor que TU SER, conoce tu cuerpo, así que ve donde necesites: regula, ilumina, recoloca, sana… Siente entre tanto las reacciones que TU ENERGIA VITAL produce en ti, nótalo, siente y cuando acabes con un zona, sigue por otra. Hoy te desdoblas para comunicarte y sanar tu cuerpo y tu mente desde tu propio centro. ¡Adelante!