En busca del equilibrio físico.

Por Lucia Lucía R. Alonso @lucialonsoe3

Tras la relajación previa, céntrate en tu respiración, visualiza un círculo imaginario entre la nariz y los pulmones y ve siguiendo con la mente dicho círculo al ritmo de tu respiración, hasta que tu mente esté totalmente relajada.

Ahora pon tu atención directamente en el foco de  tu problema físico. Puede estar centrado en un órgano o zona, o puede ser global y no saber de donde procede, pero sí sientes los síntomas que produce; en este caso céntrate en el síntoma más molesto. Siente la molestia y luego, simplemente vuelve a centrarte en la respiración, lenta, profunda, circular, relajante…

Estás preparándote para ver tu cuerpo desde otro ángulo, siente que estás sentado frente a ti.  Te ves, con los ojos cerrados, respirando, relajado y sin más, te diriges a tu problema físico.  En estos momentos eres totalmente libre, fuerte y poderoso.  No tienes un cuerpo que te limite, por ello tienes la capacidad de ver y sanarte globalmente.

Entra en ti y ve ahí donde surge el problema, ya sea un órgano, las venas, arterias, articulaciones, huesos… simplemente ve.

Eres foco de luz, no conduces ni canalizas la luz del exterior, la energía del exterior; TU ERES ESA LUZ, eres ENERGÍA y nadie mejor que TU SER, conoce tu cuerpo, así que ve donde necesites: regula, ilumina, recoloca, sana… Siente entre tanto las reacciones que TU ENERGIA VITAL produce en ti, nótalo, siente y cuando acabes con un zona, sigue por otra.  Hoy te desdoblas para comunicarte y sanar tu cuerpo y tu mente desde tu propio centro.  ¡Adelante!