No es difícil encontrase con sus historias. Algunos reciben una pensión, pero simplemente no les alcanza para vivir, y por más que el llamado de la autoridad sea que se mantengan en sus casas por ser un grupo de riesgo, no han podido hacerlo, y desde que comenzó la emergencia sanitaria, han estado en las calles exponiéndose.
Este es el caso de doña Daría Vílchez – una mujer de 89 años de edad, quien sale todas las mañanas por la Plaza de Armas de la ciudad de San Vicente para vender sus manís tostados y así llevarse unos soles a casa.
Muchas empresas han optado por ocupar plataformas tecnológicas para realizar sus labores, vía teletrabajo, pero aquello no es factible para quienes se ganan la vida día a día, como doña Daría, adulto mayor que debe trabajar pese a su avanzada edad para poder sobrevivir.
Daría Vílchez, sabe que se está exponiendo, pero no le queda de otra. Ella - relata que el dinero que logra recaudar en la calle no es demasiado, pero “sin estos soles se me haría imposible mantenerme”. Indica, agregando que la mayoría de veces logra vender casi el total de sus productos.