Un médico cansado en el quirófano puede pasarle factura al paciente. "Necesitamos establecer un máximo de horas de trabajo y un mínimo de sueño ininterrumpido para garantizar la seguridad de la persona" que tendrá en sus manos a la mañana siguiente. Así lo propone un editorial publicado en la revista 'Canadian Medical Association Journal'.
Esta sugerencia está basada en los resultados de varios estudios previos en los que se demuestra que la falta de sueño puede incrementar el riesgo de complicaciones quirúrgicas. Hace 10 años, un grupo de científicos "observó que el peligro era notablemente mayor entre los pacientes cuyos cirujanos habían dormido menos de seis horas la noche anterior. Y esto afecta de forma especial a los médicos en prácticas y a los de más edad", argumenta uno de los autores del editorial, el doctor Noni MacDonald.
En 2009, la revista 'Journal of the American Medical Association' se hacía eco de otra investigación con las mismas evidencias. Los profesionales sanitarios en general, "son vulnerables a los efectos de la fatiga, al igual que los turnos laborales prolongados", decía Jeffrey Rotshchild, médico del Hospital Brigham and Women's de Boston (EEUU). Junto con su equipo de expertos pudo comprobar que cuando los médicos dormían menos de seis horas, el riesgo de complicaciones (infecciones, sangrado, lesiones...) aumentaba 2,7 veces. Además, para aquellos que habían trabajado más de 12 horas antes del procedimiento, el índice de complicaciones era de 6,5%, frente al 4,3% de médicos que habían trabajado menos de 12 horas.
Los autores del editorial que acaba de publicar 'Canadian Medical Association Journal' citan otro trabajo en el que se comprobaba que era "necesario dormir adecuadamente al menos las dos noches posteriores a una guardia para poder trabajar bien". Y añaden: "Los niveles de fatiga después de una guardia pueden afectar a la agudeza mental" y por lo tanto al manejo de los pacientes.
Ante tales evidencias, MacDonald y sus compañeros apuestan por establecer unos límites. "Los médicos somos parte de este problema. Tenemos que cambiar nuestra cultura profesional. No debemos aceptar largas jornadas laborales de forma rutinaria y con orgullo. Tenemos que admitir que trabajar con falta de sueño ni es normal ni es aceptable". Es más, "aquellos que presumen de trabajar correctamente con menos horas de descanso deberían presentar un consentimiento informado a los pacientes en el que incluyera las condiciones del médico que les va a operar".
Aunque implique mayor coste sanitario, la estrategia política debería ser estricta. El médico, obligatoriamente, debe volver a casa después de una guardia (algo que no siempre ocurre en los hospitales españoles), debería haber más personal de refuerzo para evitar las jornadas de 12 horas. "Las autoridades tienen que examinar las condiciones actuales de los profesionales médicos y asegurar a los pacientes una asistencia de calidad".
**Publicado en "EL MUNDO"