En el Laberint, Àngels Ribé

Por Camilayelarte @camilayelarte


...Y la forma es acción... y el contenido pasión... esta frase en letras de bronce está presente en una de las instalaciones de la exposición de Àngels Ribé (Barcelona, 1943) en el MACBA. Una fotografía de la artista corriendo con un libro en la mano y una música de fondo completan la obra cuyo mensaje resulta ambiguo y poético.

Àngels Ribé, E la Forma, 1979. Foto: Camilayelarte

Àngels Ribé, Laberint, 1969. Foto: Camilayelarte


En el Laberint nos invita a un recorrido lleno de sutiles referencias múltiples y nos adentra en el universo poético de una artista a reivindicar de nuestro pasado más reciente. La obra de Ribé se enmarca dentro de las prácticas conceptuales de finales de los sesenta y principios de los setenta, sus obras van desde la instalación, la fotografía, la escultura y la pintura y a diferencia de sus homónimos del arte conceptual, la suya me ha parecido una obra cargada de simbolismo y de un intimismo que la aleja de la frialdad cerebral de algunas de las obras de ese período.

Àngels Ribé, Can't Go Home, 1977, Foto: Camilayelarte

Àngels Ribé, 3 Punts 3, 1973. Foto: Camilayelarte


El laberinto por el que empieza la exposición es una enorme escultura en plástico transparente que reivindica por un lado un rol activo por parte del espectador y por el otro el elemento lúdico en la práctica artística. Las posibilidades narrativas de la relación entre el cuerpo y el espacio, entendido como espacio geométrico, es uno de los temas más presentes en la exposición. Esta relación se explora a través de la fotografía y la videoinstalación. Es especialmente sutil y muy efectivo el uso de los puntos cardinales para construir formas en el espacio, como la instalación 3 Punts cuyo planteamiento me recordó a la instalación de Fred Sandback para Art Unlimited 2011 en Basel.

Àngels Ribé, 3 Punts, 1970-1973. Foto: Camilayelarte



Àngels Ribé nos descubre aquello que permanece oculto a simple vista, explora las posibilidades poéticas de lo ordinario, con sus fotografías construye conexiones visuales y conceptuales, por ejemplo el tupido pelo del pecho masculino, con un trozo de césped o la hierba que crece en una ranura con las tuberías que emergen del cemento. Existe poesía en lo ordinario, en el camino de vuelta a casa, en la geometría perfecta que se esconde tras lo cotidiano. En el Laberint es un reconfortante viaje hacia lo sutil, la confirmación de que con poco se puede expresar tanto.
Lo mejor: El laberinto y la poética de las instalaciones.
Lo peor: Las esculturas de la última sala en comparación con lo que ofrece la exposición al principio.
En el Laberint. Àngels Ribé 1969-1984 hasta el 23 de octubre en el MACBA