Algunas acuden tan asustadas que su dolor psíquico casi anula el de sus magulladuras. Otras afirman haberse 'caído por las escaleras' y cierran la puerta a dar explicaciones. Las Urgencias hospitalarias, y no sólo los centros de salud, deben estar alerta y prepararse ante la posible 'visita' de víctimas de malos tratos. Así se ha destacado en el congreso europeo de Medicina de Familia que se celebra estos días en Málaga.
A pesar de que los médicos son conscientes de su papel en la identificación y el apoyo a las personas que sufren violencia doméstica, la falta de recursos a menudo impide un diagnóstico precoz y/o un abordaje adecuado. Susana Sánchez, del Hospital Río Ortega de Valladolid, es la investigadora principal de un trabajo que valora cómo están las cosas en Urgencias.
Tras encuestar a personal de 161 hospitales públicos españoles, Sánchez y su equipo trazaron algunas pinceladas generales. El primer factor común fue la ausencia, en un 50% de los casos, de un registro propio de estos abusos. "No se introducen en ninguna base de datos, aunque sea de manera anónima, lo que impide obtener información epidemiológica, realizar un seguimiento...", afirma esta médico de familia.
Por otro lado, aunque todos los centros sanitarios se rigen por un protocolo de actuación (descrito por Sanidad), los expertos coinciden en la necesidad de personalizarlo, de adaptarlo a las necesidades. Pero esta situación sólo se da en un 19% de los servicios de Urgencias.
El trabajo también denuncia que en el 45% de los casos ninguna persona se encarga de dirigir el abordaje de la violencia de género. "Como en todos los programas de salud, debería haber alguien al frente que lo organice", explica la citada especialista. Además, el 86% carece de protocolo de detección precoz.
Como ella misma añade, otro de los principales puntos flacos es la formación de los médicos (sobre todo en los hospitales más pequeños), que no se da en la mitad de los servicios de Urgencias. Esta educación ayuda a los especialistas a tener los ojos abiertos frente a una problemática nada fácil de identificar a primera vista y a poder abordarla con inteligencia.
"Lo más importante es no juzgar, no emitir juicios de valor. La entrevista con la paciente debe ser dirigida pero lo suficientemente abierta, para que se anime a hablar. También es fundamental crear un clima de confianza y seguridad. Y siempre hay que respetar la decisión de la mujer", recalca la doctora Sánchez.
-Ir a consulta más de 10 veces
Consciente de la dificultad para identificar un caso de maltrato, Belén Benito, del centro de salud Raval Sud de Barcelona, ha presentado en este mismo congreso un trabajo basado en 125 mujeres víctimas de violencia doméstica, en el que se ofrecen algunas de las características más comúnes.
La primera de ellas tiene que ver con el número de veces que acuden a consulta. A partir de las diez citas anuales el médico debería ponerse alerta, según muestra el estudio barcelonés. Esta 'hiperfrecuentación' es una especie de señal de aviso, es una pista que dejan estas mujeres.
En cuanto al perfil de las maltratadas, el documento arroja una edad media de 41 años y una variedad de nacionalidades (35% españolas, 38% hispanas, 14% del Norte de África). Un 51% presentaba síntomas psiquiátricos, un 58% lesiones físicas y un 15% problemas digestivos. Además, las agresiones físicas y las psicológicas fueron prácticamente igual de frecuentes (un 76% y un 81%, respectivamente).
**Publicado en "El mundo"