En estudio una nueva herramienta para facilitar la individualización del tratamiento en los pacientes con hepatitis C

Por Fat
La hepatitis C es una enfermedad muy prevalente que afecta a millones de personas en todo el mundo. A pesar de ello, el Dr. Ricard Solà, jefe de la Sección de Hepatología del Hospital del Mar de Barcelona, subraya que, "a diferencia de otros virus, la hepatitis C se puede curar"."Es más, -añade el Dr. Manuel Romero, jefe del Servicio de Digestivo del Hospital de Valme de Sevilla- es una afección a la que le hemos ido ganando terreno poco a poco gracias a la terapia estándar, interferón pegilado + ribavirina y los nuevos antivirales".
Vivimos en un escenario donde las tasas de curación de los enfermos han aumentado del 12% al 70% en tan solo unos años, "y en donde nuevos factores pronóstico nos ayudan a prever las posibilidades de curación de los pacientes antes de iniciar el tratamiento", indica el Dr. Romero.
Se conocen muchos parámetros que ayudan a los especialistas a concretar tratamientos, "como, por ejemplo, según la cinética del virus durante el tratamiento, teniendo en cuenta el primer momento en que el virus se hace negativo", explica el Dr. Solá. "Algunos de estos factores dependen del virus (como la carga viral y el genotipo) y otros del paciente (el grado de enfermedad en el hígado: fibrosis y trastornos metabólicos). Si se analizan, se pueden determinar las posibilidades de curación de los pacientes que varían desde un 0-10% hasta un 90-100%", argumenta el Dr. Romero.
Hace poco, se ha descubierto un polimorfismo propio de cada persona que predice con bastante exactitud las probabilidades de curarse de cada individuo. "El IL28B nos ayuda a descubrir aquellos pacientes que con doble terapia se pueden curar en casi un 90% de posibilidades", comenta el Dr. Solá. "Por lo tanto, -añade- se suma al resto de indicadores que son de vital importancia ya que nos ayudan a explicarle al paciente las posibilidades que tiene de curarse y, también, a planificar el tratamiento".
En este contexto, surge la necesidad de desarrollar una herramienta para predecir el impacto de estos factores pronósticos e identificar a aquellos pacientes con mayor probabilidad de respuesta. Con estos objetivos nace el Estudio OPTIM, ya en marcha, y con la mitad de los pacientes reclutados y más de 80 hospitales de todas España ya implicados. "Nuestro objetivo es alcanzar la muestra para poder optimizar las terapias y, por tanto, los recursos", afirma el Dr. Romero.
Hoy se celebra en Barcelona la Reunión de Investigadores para analizar la situación del estudio, los propósitos y objetivos cumplidos o por cumplir. "Creemos que con el Estudio OPTIM podremos responder cuál es el verdadero impacto de la IL28B en el tratamiento de la hepatitis C con terapia estándar; qué subgrupo de pacientes presenta la tasa de curación superior al 80% y, por tanto, difícilmente mejorable con tratamientos basados en triple terapia; y contar con una herramienta para tomar decisiones cuando los nuevos fármacos estén disponibles en el mercado", indica el Dr. Romero. "Es más, -añade el Dr. Solá- el OPTIM podrá revelar, también, quiénes son los pacientes que tienen el mejor genotipo y las mejores posibilidades de curación y no se curan; y quiénes son los que teniendo un peor genotipo, aún así se curan. Con ello, determinaremos el mejor tratamiento individualizado, basado en la doble o triple terapia, y el tiempo de cada uno".
"Una de las principales sospechas que tenemos es que en los pacientes que tienen el genotipo favorable, los pacientes que son fáciles de curar, se curan igual con el tratamiento estándar habitual, interferón pegilado + ribavirina, que los pacientes que reciban triple terapia, suponiendo, además, un importante incremento del coste del tratamiento y con más efectos adversos. Este es uno de los aspectos que queremos demostrar en este estudio, que la tasa de curación en pacientes con genotipo favorable es tan alta que resulta muy difícil que la pueda superar una nueva combinación", concluye el Dr. Romero.