El cambio climático había inundado gran parte de las tierras antes habitadas, y las crisis económicas se sucedían una tras otra. La humanidad parecía abocada a su desaparición como especie. Ante ese pesimista panorama, Robert no puede negarse a acompañar a su padre a su pueblo de origen, en el norte de Escocia, ahora casi cubierto por las aguas. El joven pensaba que nada podía ir peor. Sin embargo, pronto descubre los primeros asesinatos, aquellos cuerpos devorados…
Y aún era incapaz de imaginar el horror que se avecinaba.