Tengo la sensación de que muchas obras no se terminan nunca. Esto me produce cierta inquietud, una incómoda sensación de que todo es mejorable y de que algún día me iré dejando mucho por hacer. Por otro lado tengo que reconocer que cuando encuentro un sendero en el que siento que las cosas salen bien con facilidad me produce cierto aburrimiento y tiendo a adentrarme en otra zona que me suponga nuevas dificultades. El peor momento sin duda del proceso es el periodo de tiempo en el cual decido cual de los muchos caminos por explorar tomar. A veces paso semanas o meses metido en un camino que parecía muy atractivo a priori pero cuando empiezo a recorrerlo o bien pierde el interés o siento que las soluciones que doy a los problemas que me plantea no valen la pena. Pero en ocasiones encuentro que una idea crece, se ramifica y da lugar a soluciones plásticas que siento que valen la pena. Este es el mejor momento.
Estas líneas vienen al caso porque mientras buscaba otras cosas me he encontrado con esta acuarela, de hace unos cuantos años, que representa un momento de esos en que se juntan en el estudio muchas piezas en proceso.