En puertas de la Navidad

Por Javie

Todas las fiestas en nuestro país, llevan unido irremisiblemente la comida, como elemento fundamental, y en cualquiera de sus múltiples aspectos o posibles modos de manifestarse. Pero es en las fiestas de Navidad, donde, seguramente, el dulce, tiene una mayor presencia, además de no poco protagonismo.Es cierto, que la costumbre de encontrar (desde el sorteo de la lotería, el 22 de diciembre), en todas las casas, una gran bandeja de dulces, con: trozos de turrón de distintos tipo, figuritas de mazapán, almendrucos, peladillas, piñones, polvorones, .... y alguna botella de vino, normalmente dulce, para acompañarlos, y que se mantiene, hasta después de la fiesta de Reyes, quizá un poco se haya perdido. Yo desde luego la sigo, a pesar del riesgo de terminar las fiestas con algo más de peso.Pero por otra parte, a pesar de los cambios que irremediablemente se vienen produciendo, en nuestro modo de vida, y que condiciona el resto. No podemos olvidar que, como reconocimiento al dulce, en cualquiera de sus manifestaciones, es todavía en estas fechas un elemento de celebración y disfrute, muy importante.Por ello, y porque confío en que seguramente, durante mucho tiempo, veremos acompañar las fiestas navideñas, con turrón, mazapán,...etc., pienso que merece la pena cuidarlo.Siendo, como digo unas fiestas donde el dulce figura como actor principal, y en el peor de los casos, pasa a ser en la cena de nochebuena, y en la comida de navidad, un actor secundario, pero de primer nivel. Mi opinión se concreta en que nos planteemos el cuidarlo, como decía, y como se cuida al más importante elemento de la película, pensando, en que es siempre preferible la opción de la calidad a la cantidad, buscando el turrón, mazapán ...etc, de pastelería artesana, o en su defecto, el de las marcas de calidad, que a todos nos son sobradamente conocidas.Acompañándolo con los mejores vinos, que no han de ser necesariamente los más caros, pero sí los mejores, buscando siempre, el equilibrio entre cantidad y calidad, que no suele fallar. Intentando que la propuesta sea delicada y singular, antes que torpe o simplemente seguidista de la tradición, sin más. Por suerte, y a pesar de la crisis, que algunos nos recuerdan constantemente, hoy comemos en este país, razonablemente, bien, e incluso muy bien, a diario. Y, por tanto, en estas fiestas, debemos buscar, desde mi modesto punto de vista, el objetivo de disfrutar de la gastronomía desde la opción, más inteligente, pensando en disfrutar, y en valorar lo bueno que tenemos, que por cierto no es poco.Todo ello, en la idea de celebrar las fiestas navideñas, con la compañía de una gastronomía de primer orden, que nos permita disfrutar de lo que las fiestas supone, en cuanto a reuniones familiares, de amigos, de gentes que sólo nos podemos reunir en estas fechas. Y que si somos capaces de acompañarla adecuadamente, con los recursos gastronómicos adecuados, resultan doblemente agradables, se trata, sin duda, de la mejor ocasión del año, para demostrarlo.(Foto tomada de www.conmishijos.com)