Hoy os mostramos un sencillo trabajo; nos encargaron pintar de blanco envejecido este aplique de pared. Lo trajeron tal cual, sin las tulipas de cristal, que las tiene.
Le dimos tres manos de pintura blanca a la tiza. Lo hicimos con pincel. Al finalizar, lijamos para suavizar, sobre todo, al tacto.
Para envejecer, primero dimos una capa generosa de cera por todo el aplique y, a continuación, mezclamos en un cacharrito más cera, calentada previamente en el microondas, con betún de Judea. Esta mezcla, con un pañito de algodón, la fuimos aplicando por las zonas más molduradas o sobresalientes de la pieza en cuestión.
Pero la intensidad depende del gusto de cada uno. Lo cierto es que el betún nos encanta para este menester, y siempre tenemos en él a un gran aliado.
Por último, dejamos secar y lustramos con otro paño de algodón. En esta ultima foto no se aprecia demasiado la terminación, pues había demasiada luz... Y cuando editamos las fotos, el aplique ya no estaba con nosotras... Nos han prometido foto con las tulipas, y ya colocado en su pared...
..., pero aún no ha llegado... Así que, esto es todo por hoy, amigos.
¡FELIZ FIN DE SEMANA!