Solo una de cada diez películas de cine contemporáneo está protagonizada en exclusiva por una mujer. Las actrices se mueven en tierra de hombres.
Desde los años sesenta, cuando la mujer en el cine era “esposa y madre” o “femme fatale”, las cosas han cambiado mucho. Hoy en las películas hay roles femeninos autoexigentes, polivalentes y capacitados para moverse con éxito en un terreno tradicionalmente manejado por las manos masculinas. Así lo explica la periodista y crítico de cine Belén Ester Casas en su libro “En tierra de hombres” (ed. Cine Encuentro).
“Lo que vemos en el cine clásico es que los personajes sufrientes y abnegados son siempre las madres, mientras que el de frías y poderosas, o intrépidas profesionales, nunca lo son”, señala la autora.
Las actrices feas no suelen triunfar y con los actores feos eso no pasa
Pero si algunas cosas han cambiado, hay otras que no lo han hecho tanto. “Las actrices feas no suelen triunfar y con los actores feos eso no pasa”, agrega Ester. Aunque por otra parte hay intérpretes femeninas que a partir de los 40 años antes no tenían trabajo y ahora sí, porque el papel de la mujer en la vida también ha cambiado a partir de esa edad, para hacerse más visible”. Son ejemplos claros Helen Mirren o Meryl Streep.
Si solo el 10 por ciento de las películas tienen como protagonista femenina a una mujer (en el resto el rol principal es para un hombre o para una pareja) no sucede lo mismo con las series de televisión, donde más bien ocurre todo lo contrario. De Mujeres Desesperadas a The Good Wife, sin olvidar la principal, Sexo en Nueva York, donde con un escenario de frivolidad se trataban temas de fondo dramáticos y se abordaba el sexo (de todo tipo) con una naturalidad nunca antes vista en televisión, las mujeres protagonizan por sí solas todo tipo de tramas de comedia, suspense, terror o comedia romántica.