Lo ojeé por primera vez hace años y lo compré. Me llamó especialmente la atención la foto de su contraportada y hoy en día sigue cautivándome. En ella aparecía una de las estancias de la Villa del Settecento a Positano que hoy les presento. Uno de sus detalles más impactantes es la franja de azulejos de cerámica que recorre el techo, las paredes y el suelo prolongándose como asiento y mesa de comedor. El resultado me pareció espectacular. La villa está ubicada en un edificio del siglo XVII que formó parte de un monasterio. La decoración, con claras influencias árabes, se adapta perfectamente a la riqueza arquitectónica y las tradiciones decorativas del edificio original.