Clásico propósito de año nuevo. Empecemos porque está mal formulado. No existe pretensión de amor, existe deseo (alcanzable eso sí) de encontrar alguien que nos aguante. Que no es tan fácil. Quiero decir, la vida no es tan maravillosa a tu lado si tienes que pedirle a unas uvas, a unas velas o a un cambio de año, “amor”. Más aún si el deseo se repite año tras año.
Amor todo el mundo tiene. Mamá, papá, familia en general, amistades, el perro…lo que se pretende por tanto es una pareja. Lo de la pareja es relativamente fácil. Mucho más de lo que parece. Otra cosa es encontrar a tu alma gemela, a tu media naranja, a tu espíritu afín con el que compartir cada segundo de tu (vuestra) existencia. Eso es imposible a la par que ridículo. ¿De verdad alguien garantiza que dentro de 10 años va a seguir queriendo? No se puede mentir respecto al futuro, pero tampoco se puede hablar con sinceridad. No podemos saber lo qué pasará. Por tanto idealizar un futuro compartido es el preámbulo perfecto de profundas decepciones. “Los tíos son unos cabrones”, “las tías están locas”, “nunca encontraré a nadie”, “el amor es una mierda”. Las mismas cantinelas, siempre las mismas cantinelas. El sufrimiento o dolor cuando se termina una relación es lógico, raro sería lo contrario. Pero las afirmaciones categóricas (cuando se dicen en serio) son gilipolleces.
Si quieres pareja, búscala. Hay gente que decide convertir la follamistad en relación, gente que se apunta a webs o gente que decide dar una oportunidad a alguien que llevaba tiempo insistiendo. Lo que es seguro es que no es suficiente con desear y que aparezca. Y que nadie se enamora de alguien triste. El universo no conspira para que alcances tus sueños. Coelho es un novelista, no un sociólogo que realiza ensayos sobre las relaciones humanas.
Tengas, no tengas, busques, no busques lo importante es que te centres en ese momento en el que estás y trates de disfrutarlo. Toda situación sentimental tiene sus posibilidades. Y de lo que pueda venir, te ocupas cuando venga. Si viene...