La reflexión silenciosa nos ayuda a relajar la mente y el cuerpo. Los estudios demuestran que en este estado de relajación(alfa) mejoramos la concentración y la calidad de nuestros pensamientos durante el día . En este estado somos capaces de mantener una distancia de la situación que nos preocupa y no dejarnos influir por ella sino influir nosotros positivamente. Cuando estamos en silencio relajado podemos ver con mayor claridad, tener una visión más global y generar así cambios o mejoras. Incrementamos la percepción, el enfoque, la flexibilidad y agilidad mental, la memoria y se favorece la sinapsis neuronal.
Para facilitarlo os sugiero algunos preliminares: poner música suave (evidentemente no cualquier tipo de música, poner atención a nuestra respiración profunda y lenta (la llamada respiración abdominal), y llegar a un estado progresivo de silencio manteniendo nuestra mente en blanco durante unos minutos, observando nuestra conexión interior, meditando en alguna virtud que queramos desarrollar (tolerancia, desapego, entrega, etc.)El buscar y reservar ese espacio interior de calma mejorará tu salud y calidad de vida.