Espero que sepas que no se puede mantener el estilo de vida que tienes ahora y añadir cuatro (o veinte) cosas buenrolleras, por el simple motivo de que no se mantendrán a la larga a no ser que implementes cambios significativos. Sería como poner un parche en un descosido, el descosido sigue ahí, escondido, pero sigue ahí. Hay que coser, no sé si me explico.
Es necesario que tengas un objetivo tangible y una motivación clara en mente y que seas firme.
Por ejemplo: cambiar tu alimentación porque sabes los nutrientes que tu cuerpo necesita, no por "ser más sano", salir a correr porque entiendes que tu corazón, tus músculos y tus articulaciones necesitan estar activas, no "porque hay que moverse", practicar meditación porque quieres saber qué pasa en tu mente y estar más conectado contigo mismo no "para encontrar paz y felicidad" o ser generoso porque dar es una de las virtudes que quieres desarrollar no porque "es lo que hay que hacer". Encuentra motivos reales, objetivos tangibles.
Tus cambios son tuyos, tus decisiones son por tu beneficio y a la larga el de los demás, sé constante. Si te olvidas, si caes en viejas rutinas o si decides que un día vas a romper tus nuevos hábitos no te sientas mal... sé humilde, los nuevos patrones de conducta necesitan tiempo para ser estables. Qué te pensabas? Creías que con querer todo iba a resultar un camino de rosas? Pues no.
No necesitas dar muchas explicaciones y mucho menos pensar que eres mejor que ellos por haber tomado la decisión de responsabilizarte de tu vida, deja de compararte, no necesitas ser mejor que nadie para sentirte bien contigo mismo.
Olvídate del qué dirán, de lo que se espera de ti y de cómo se sienten los demás ante los cambios que estás realizando en tu vida
No hace falta que prediques a los cuatro vientos tus intenciones, céntrate, para, respira. Léete este artículo en el que te explico por qué contar tus objetivos puede llegar a ser contraproducente además.
Esto lo haces por ti, porque crees que es lo mejor, porque quieres vivir tu vida de verdad, la tuya, no la de los demás, la de la familia, la del trabajo, la de pinterest o instagram. Porque tienes motivos reales, no impuestos.
Un pasito cada vez, observa tus pensamientos, tu autoboicot, tus inercias, obsérvate porque sin ver lo que pasa no habrá manera de saber por qué unas cosas cuestan más que otras.
Sin culpas, sin prisas, ahora, obsérva tus pensamientos, son sólo eso: pensamientos, volátiles, cambiantes, se solapan los unos con los otros, a menudo se contradicen... bueno, así es la mente humana.
Es por eso que muchos abandonan a la primera de cambio "no puedo", "es dificil", "no es el momento" son las escusas del orgulloso. Sé humilde, es difícil, sí, para ti también. Pero lo vuelves a intentar de nuevo hoy. Si es que de verdad quieres, no porque está de moda.
Quizás pienses que es demasiado esfuerzo y que no merece la pena, que no estás tan mal, que todo va bien: tienes trabajo, pareja, comida en la mesa... perfecto, nadie te obliga a ver más allá, nadie te pide que mires dentro, que explotes tus talentos, que entiendas tus frustraciones.
De hecho se te pide que no lo hagas, que cualquier momento de bajón sea el detonante para consumir ese último producto o para salir a emborracharte con los amigos y mañana será otro día.
No creo que haya nada malo en tomarse la vida así, pero este artículo va para quien siente que algo falla, que hay algo más, que tu vida ha dejado de ser tuya, que no te acuerdas ni de en qué pensabas hace media hora, dónde dejaste las llaves, te sientes cansado, deconcentrado o simplemente no entiendes por qué tu relación con cierta persona se ha vuelto tensa.
Mi objetivo con este post es que te preguntes cuáles son las motivaciones que tienes para querer cambiar. Porque hay tal bombardeo sobre felicidad, mindfulness, dietas veganas y ejercicio que quizás simplemente sientes que es que tienes que hacerlo. Nadie te obliga en realidad, es propaganda en muchos casos, y si no mira la cantidad de millones que se mueven en esas industrias.
No seas tonto, no seas orgulloso, no seas perezoso, sólo sé tú y decide por ti mismo. A partir de ahí infórmate de los beneficios prácticos, no sólo la teoría y diseña (o haz que te diseñen) un plan de acción.
Luego, como he dicho antes, un pasito cada vez, nos levantamos si nos caemos. Olvídate del que no quiere hacer este camino, es el tuyo, pasa de explicaciones, de dogmatizar a nadie, no eres mejor que ellos. Sé humilde y trabaja... duro.
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