Enfermedades en niños típicas del verano

Por Pequelia @pequelia

Llega el verano y con él las vacaciones. Cambiamos de lugar y nos vamos al pueblo, a la playa, al campo, de viaje… cambian nuestros hábitos alimenticios, tomamos el sol, nos damos un baño… En esta época la prevención y el control paterno son fundamentales. Vigilar lo que comen, lo que beben, su exposición al sol… serán las claves para no pasar las vacaciones en la consulta del pediatra.

Son muchas las enfermedades típicas del verano en los niños, pero desde aquí nos vamos centrar en las más comunes:

  • Infecciones intestinales: Se producen por la manipulación cruzada de alimentos crudos (carne, pescado…) con alimentos listos para el consumo (verduras…); también por alimentos mal cocidos que no eliminan la totalidad de los microbios; o por alimentos en mal estado, debido a la mala conservación (cuidado a la hora de conservar alimentos en camping, acampadas…). El síntoma principal es la diarrea y si está acompañado de vómitos estaremos en presencia de una gastroenteritis.
  • Insolación: Se debe a una exposición prolongada al sol. Mareos, piel reseca, dolor de cabeza o dolor abdominal son algunos de sus síntomas. Para combatirlos lo mejor será alejarlo del sol, bañarlo en agua tibia y vestirlo con ropa fresca y ligera. Si además presenta quemaduras solares lo mejor será hidratar su cuerpo con un aftersun. Para prevenirla lo que hay que hacer es utilizar protectores solares superiores al factor 30, que sea resistente al agua y evitar la exposición al sol desde las 10 de la mañana hasta las 15 horas de la tarde.
  • Corte de digestión: Se produce cuando los niños comen e interrumpen la digestión de la comida con un baño. Al meter brúscamente el cuerpo caliente en el agua fría se produce el corte. Lo ideal es hacer la digestión antes de meterse en el agua y hacerlo siempre poco a poco, de una forma progresiva.
  • Otitis: Los baños frecuentes suelen provocar otitis externas. Es más frecuente contraerla en la piscina, ya que el agua se renueva menos. Los síntomas son la sensación de picor y humedad en el conducto auditivo, dolor que aumenta al traccionar el pabellón o masticar y secreción a través del conducto: otorrea. Además del medicamento, que suele ser en forma de gotas, lo ideal es evitar el baño en los días posteriores o hacerlo con tapones para los oídos. Para prevenirlas, límpiale bien los oídos cuando salga del agua, no utilices bastoncillos y a principio de temporada llévale al otorrino para que le saque los tapones de cera.
  • Deshidratación: En verano cualquier actividad física nos hace sudar más de la cuenta. Por ello es importante estar hidratados. Estaremos pendientes de que nuestro hijo beba agua, zumo… cuando este expuesto al sol o realizando algún tipo de actividad física. los síntomas más comunes en la deshidratación son la piel reseca y poco flexible, ojos hundidos, escasez de saliva y orina poco abundante. Ante este cuadro le daremos a nuestro hijo líquidos de forma progresiva, lo pondremos en un sitio fresco y a la sombra y le daremos alimentos de fácil digestión como arroz, pollo o pescado blanco.
  • Picaduras: Los mosquitos son abundantes en verano y atacan sobre todo por las noches. La picadura se manifiesta en forma de pequeña hinchazón, combátela con fármacos que alivian el picor y la sensación de escozor. Poner mosquiteras, rociar la habitación con insecticida un rato antes de acostar al pequeño, tener en los enchufes anti mosquitos o una simple planta de albahaca ayudarán en este sentido. En cuanto a las picaduras de medusas habrá que llevar al niño inmediatamente a la posta sanitaria. Una vez en casa podremos aliviar el escozor con baños tibios de agua con amoniaco.

No te sientas culpable si este verano tu niño contrae alguna de estas enfermedades son muy comunes y de fácil solución. Haz tuyo el refrán que dice: mal de muchos, consuelo de tontos porque es probable que si sufre alguna infección intestinal o picaduras de insectos tu también las sufras. Y te recordamos que esto son solamente recomendaciones y que ante cualquier síntoma adverso lo mejor es llevar al niño al especialista.

Foto: NCBrian