Nos ayudan a nacer, vivir y morir. Las enfermeras y los enfermeros son imprescindibles en el cuidado y tratamiento de los pacientes. Estos profesionales altamente cualificados luchan por un reconocimiento social que aún no ha llegado. No son ayudantes de los médicos, trabajan de forma autónoma y su labor no puede sustituirse con máquinas ni tecnologías.
Los pacientes valoran la calidad de los cuidados, la implicación profesional, el trato personalizado, la cercanía, el respeto, y el sentir que son la prioridad del enfermero. / Adobe Stock Los robots son polifacéticos. Ya trabajan en hoteles, museos, farmacias y bufetes de abogados; cocinan, limpian, bailan y parlotean. En una sociedad que envejece, están cada vez más presentes en instituciones sanitarias. Es el caso de Da Vinci, el robot cirujano. No sustituye al médico y debe ser controlado por un facultativo durante toda la intervención. ¿Podrían las máquinas simular la labor de una enfermera, más allá de la aplicación de un tratamiento? Existe un robot que mide el peso, la presión arterial y la saturación de oxígeno en solo tres minutos, pero la labor de la enfermera es mucho más que eso El robot-enfermera existe y se llama WellPoint. Toma el peso, la presión arterial y realiza la pulsioximetría en tan solo tres minutos, añade estos datos a la historia clínica del paciente y lanza una serie de alarmas en caso de urgencia. “Que una máquina realice esto en tiempo récord puede ser de gran ayuda”, reconoce Fernando Campaña, editor y responsable del Fanzine Nuestra Enfermería, un movimiento de contracultura enfermera. “Pero no es suficiente”. Sin embargo, según Campaña, el valor que aporta una enfermera al tomar estos datos es el calor humano, tocar a la persona, explicar lo que se está haciendo, responder a sus dudas y preocupaciones, esperar antes de realizar una técnica, registrar todo esto y, además, hacer ciencia de ello. Los enfermeros y enfermeras son los responsables directos de los cuidados de la salud de sus pacientes, tanto en su aspecto preventivo como en el curativo. Les ayudan a nacer, vivir y morir. Seguir leyendo AQUÍ Laura García Merino Fuente: SINC