Publicado por valedeoro en 18/03/2011 bajo minimalismo |
[Esta entrada es parte de una mini-serie sobre el estoicismo romano y cómo aprovechar sus fundamentos para una vida (no sólo) minimalista. Hasta ahora he presentado los principios más importantes de la filosofía estoica de ahora en adelante trataré técnicas más concretas para aplicar estos principios en situaciones concretas.]
Aunque seamos las personas más equilibradas del barrio, no nos impresionemos con insultos ni con deseos innecesarios, existen cosas que pasan en la vida que no podemos controlar. Un accidente o la muerte de un ser querido no se puede prevenir ni evitar. De la misma forma las emociones ligadas a estos acontecimientos no se pueden controlar del todo. Lo importante es no permanecer en estado de dolor sino permitir que se salgan las lágrimas hasta que te hayas desahogado. Pero también hay que permitir que el dolor, aunque no desaparezca, se reduzca a un nivel con el que se pueda convivir.
La visualización negativa retrospectiva
La visualización negativa se puede utilizar para preparar la mente para situaciones adversas. Pero esta táctica también se puede utilizar para suavizar el dolor. Mientras la visualización negativa contempla la posibilidad de perder algo que tienes, en la retrospectiva significa contemplar el no haber vivido algo. Puedes lamentar la despedida de un ser querido, pero también puedes imaginar como hubiera sido si nunca hubiera vivido. Esta re-evaluación cambia la perspectiva. En vez de llorar la muerte, alégrate de que haya vivido y de que hayais podido pasar tiempo juntos.
La razón no puede apagar el dolor, pero sí que puede ayudar a convivir con ello. Dice Séneca que “si la razón no termina nuestras lágrimas, la suerte no lo hará”. Llorar durante meses la muerte de alguien no le hará resucitar. Además, si fue una persona muy querida ella no querría que pasases el resto de tu vida lamentando su muerte. Es importante recordar a esta persona, pero no centrarte tan sólo en el momento de su muerte, sino en todo lo que habéis compartido.
¿Cómo ayudar a una persona en duelo?
Muchas veces no eres tu la persona que tiene que confrontar el dolor profundo, sino que es un amigo o un familiar. Es importante consolar a la persona, pero sin aceptar el dolor como propio. Muestra empatía y apoyo hacia la persona, pero también asegurate de que no te afecte emocionalmente. Puede sonar un poco cínico, pero no le servirá de nada a tu amigo si tu también entras en un estado de dolor paralizante. Tu meta deberá ser ayudarla a superar el dolor ayudándola en revivir lo positivo que ha tenido en vez de concentrarse sólo en lo que ha perdido.
Lo que un(a) minimalista puede aprender de los estoicos
Como minimalistas a lo mejor estamos más acostumbrados al “desprendimiento” que otras personas. Pero una cosa es deshacerse de la TV y otra completamente distinta cuando tu hijo tiene un accidente grave. Una cosa es reconocer que no puedes hacer que cambie de color el semáforo y otra aceptar que tu abuela ya no está contigo. ¿O no? La importancia de los eventos para nuestra vida sí que es diferente, pero creo que aprender a manejar las pequeñas tempestades de la vida nos prepara para poder afrontar acontecimientos mayores.
Aceptar que un ser querido se haya ido nunca es fácil. Recordando los momentos felices te ayudará a seguir adelante con tu propia vida. Al fin y al cabo la muerte es parte de la vida, aunque nuestra cultura no nos prepare para ello.
Inspirado en capítulo 12 de: “A guide to the good life”, Irvine (2009).
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Foto: RaidersLight / flickr