Presidente electo, Enrique Peña Nieto
Enrique Peña Nieto, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), ha ganado en los comicios presidenciales mexicanos del pasado domingo 1 de julio, con cerca del 38% de los votos. A sus 45 años, representa otra generación y otro PRI distintos al que gobernó México con mano de hierro de 1929 hasta 2000. El país ha cambiado profundamente en estos doce años. Es una democracia y una economía emergente, cuyo crecimiento se aceleraría mas todavía si introdujese todas las reformas que necesita.
En estas elecciones el PRI solo ha logrado una mayoría relativa, no absoluta, en el Congreso (Cámara de Diputados y Senado); por ello el presidente electo va a tener que pactar con otros partidos, especialmente el derechista PAN, de la candidata perdedora Josefina Vázquez Mota.
Principal oponente.
Su principal opositor, el izquierdista Andrés Manuel López Obrador, AMLO, parece querer impugnar los comicios si bien seguirá esperando a los resultados oficiales antes de decidir si impugna los resultados de los mismos. No es la primera vez que la izquierda, se niega a aceptar resultados electorales. En las pasadas de 2006, rechazó la victoria de Felipe Calderón y llegó al absurdo de hacerse nombrar "presidente legítimo" en plena plaza del Zócalo de la capital en un nuevo acto de protesta por los resultados electorales.
AMLO durante su gestión como alcalde, puso en marcha proyectos muy populistas como una pensión universal para ancianos de bajos recursos, ayudas a prostitutas ancianas o un segundo piso que levantó otra carretera sobre importantes arterias de la ciudad.
Breve biografía del Presidente electo.
Nacido en Atlacomulco (Edo. de Mexico) el 20 julio 1.966, en una familia de políticos, Graduado en derecho por la Universidad Panamericana, vinculada al Opus Dei, su carrera política se disparó en pocos años como gobernador del Estado de México, el más poblado del país (2005-2011).
Hasta sus críticos le reconocen que con sólo 45 años de edad logró ascender por la complicada estructura del todopoderoso PRI, por lo que demuestra una rara habilidad política y maniobrera.
Si bien se le describe, no sin mala intención, como "el político más guapo de México", Peña Nieto no oculta su lado mediático: su rostro ha ocupado casi tantas páginas en los diarios políticos como en las revistas del corazón dado que tiene estrechos vínculos con el gigante de la televisión mexicana, Televisa, que le ha permitido inundar el país con su imagen habiendo sabido aprovecharse con éxito de la misma.
Durante su etapa de gobernador firmaba sus compromisos ante notario, "Tú me conoces, y sabes que lo voy a cumplir", una estrategia que le dio fama de político fiable y que volvió a aplicar en la campaña presidencial.
En cada firma, rodeada de medios de comunicación, Peña Nieto insistía en la renovación del PRI, en un antes y un después del partido.
La larga lista de problemas que le espera.
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El más urgente es el de la inseguridad.México afronta el mayor brote de violencia vinculado al narcotráfico.La utilización de los militares en la guerra contra los narcotraficantes que lanzó el presidente saliente, Felipe Calderón, no ha resuelto lo que pretendía ni ha hecho disminuir la violencia. “Ni tregua, ni pacto”, ha asegurado Peña Nieto que se ha comprometido ante notario a reducir el número de homicidios, secuestros y extorsiones que afectan a la sociedad mexicana.
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Programa económico de desarrollo para que México recupere un futuro brillante, del que se beneficien también los estratos más bajos de una sociedad profundamente desigual y con enormes problemas demográficos.
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Liberalizar el sector energético, abriendo la empresa estatal de petróleo, Pemex a la inversión privada.
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Reformar la educación.
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Instaurar unos sistemas fiscal y judicial eficaces y modernos que permitan superar la enorme corrupción.
Relaciones con los Estados Unidos
Bien conocida es la frase de Porfirio Díaz:
"¡Pobre México! Tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos".
Pero la relación entre las dos naciones es histórica y profunda. La cooperación entre ambos gobiernos se mantiene porque hay mucho en juego en la agenda bilateral, que está repleta de asuntos de gran importancia.
Los importantes temas citados como seguridad, narcotráfico, desarrollo económico, comercio y energía etc. resultan tan fundamentales en la relación entre México y Estados Unidos que les obligan a un entendimiento y cooperación más allá de los cambios de Ejecutivo. Ahora, Washington estará pendiente de cómo el nuevo gobierno del presidente electo, Enrique Peña Nieto, los piensa manejar.
F.J.