La Red Internacional para la Seguridad en la Medicación (IMSN) ha emitido un informe con nuevas recomendaciones para garantizar el uso seguro de los medicamentos, en el que insta a la implicación, principalmente, de las autoridades regulatorias, la industria farmacéutica y los profesionales en una labor fundamental para proteger la salud de los pacientes.
La noticia la publica El Global que es uno de los medios preferidos por la industria para ofrecer sus puntos de vista. Me llama la atención que el IMSN, además de no tener ningún prestigio, por no tener ni tenga página web propia (la noticia que he enlazado en el primer link es la de su fundación en 2006 y poco aporta).
“La mayoría de las muertes y daños causados por errores de medicación son absolutamente prevenibles”.
Pero las cosas se tuercen cuando se centra en los “errores de medicación” obviando el peligro intrínseco de muchos fármacos que se comercializan escribiría que con impunidad (en la mayor parte de los casos sus fabricantes conocen perfectamente sus daños pero no alertan de ellos porque eso supondría su prohibición, lo que no les reportaría beneficios económicos, claro).
Para muestra de lo escrito un botón. Hace unos días publicamos que la revista Vanity Fair ha publicado un artículo en el que se pregunta ¿por qué el potencialmente letal anticonceptivo NuvaRing está todavía en el mercado? La publicación “popular” explica los fallos en la seguridad del anillo vaginal del mismo nombre fabricado por laboratorios Merck, Sharp & Dohme (MSD). En el mismo post cuestionamos todos los anticonceptivos hormonales (por cierto, estáis difundiéndolo en las redes muy bien) y como ese post este blog está lleno.
El informe del IMSN, que El Global no enlaza, por lo que no podemos valorarlo en su justa medida (aunque eso es lo de menos en este post) llama a actuar sobre el etiquetado de los productos sanitarios, su empaquetado o el nombre de la marca. Es importante pero NO lo más determinante.
Si queremos analizar con honestidad los daños provocados por los preparados farmacológicos, es necesario cuestionar todo el modelo o sistema que rodea al medicamento (y a todo producto sanitario por lo general). Muchos fármacos son valiosos pero otros son sólo estupendos pelotazos de los laboratorios que los fabrican que, como daños colaterales, incluyen incluso la muerte.
Hay que apostar por otros modos de entender la salud, más preventivos. Profundizar en los estilos sanos de vida, lo que también nos lleva a cuestionar el modelo económico y social, nocivo per se.
La idea que me queda tras leer la noticia que motiva este post, sobre el informe fantasma de la entidad fantasma esa, es que NO interesa realmente abordar este problema de enormes dimensiones y mientras, continúa el chorreo de lesiones, graves daños y muertes provocadas por los medicamentos. Por su manera de usarlos pero por ellos mismos sobre todo.