Entre el 2 y 7% de los pacientes pediátricos puede sufrir alguna reacción al medicamento en algún momento de su prooceso asistencial

Por Fat


La seguridad del paciente es una prioridad para todos los sistemas de salud del mundo. A pesar de los avances producidos en nuestro país, todavía continúan existiendo diferencias entre los distintos niveles asistenciales y las diferentes comunidades autónomas, que evidencian la necesidad de crear un Registro Nacional sobre reacciones adversas e incidentes en la atención y manejo de los pacientes pediátricos, tal y como defiende el Comité de Calidad Asistencial y Seguridad en el Paciente de la Asociación Española de Pediatría. De esta forma, se pretende facilitar y agilizar la notificación de incidencias durante la asistencia pediátrica en todos los niveles de la misma, lo que permitirá conocer qué se puede mejorar, cuáles son los procesos que pueden suscitar errores y en qué fase del proceso asistencial se producen.
Para el presidente de la AEP, el profesor Serafín Málaga, “la demanda de un Registro Nacional entronca con la definición que hace unos años hizo la Organización Mundial de la Salud del concepto seguridad como un principio fundamental del cuidado del paciente y un componente clave de la calidad asistencial”. En los últimos años se han llevado a cabo mejoras sustanciales en las exploraciones médicas, procedimientos diagnósticos y terapéuticos, “y un terreno en el que tenemos que seguir mejorando es en el de la seguridad ante las reacciones adversas e incidentes que se producen, algunas de las cuales se podrían evitar si se contara con un protocolo de actuación único aplicable a nivel nacional”.
-Errores en la medicación

Dentro de la seguridad del paciente pediátrico, uno de los aspectos que más preocupan a los expertos son los errores de la medicación. Se estima que entre el 2% y el 7% de los niños y adolescentes en tratamiento podría sufrir alguna reacción adversa a los fármacos. Entre las posibles causas, el doctor Antonio Urda, coordinador del Grupo de Trabajo de Calidad Asistencial y Seguridad en el Paciente de la AEP, señala “fallos en la prescripción, la dispensación, la administración y la documentación. Estos errores se ven favorecidos, en ocasiones, por una escritura poco legible o a una escasa información sobre la dosificación y la frecuencia de su uso”.

En este sentido, la Asociación Española de Pediatría apuesta por la implantación de una historia clínica electrónica única, así como la de una tarjeta sanitaria única y la prescripción electrónica en la asistencia del paciente pediátrico, tanto en las consultas médicas hospitalarias como de Atención Primaria. Con estas medidas se podrían evitar errores de tipo administrativo, de diagnóstico, de procedimientos, y a lo largo del proceso asistencial, las duplicidades terapéuticas, las dosis excesivas, insuficientes o no ajustadas a las características específicas del paciente.
A la problemática de la seguridad en la medicación se suma el escaso porcentaje de reacciones adversas e incidentes que se comunican. “En nuestro país, en gran medida, pervive la cultura de la culpabilización. Cuando una organización empieza a buscar culpables no aprende, porque se esconde el evento adverso evitando así la mejora, favoreciendo que se vuelva a cometer el mismo error. Es necesario introducir herramientas como el registro de incidentes pediátricos que permita salir a la luz la información para poder aprender y rectificar, lo que redundará en una mayor calidad en el ámbito sanitario”, manifiesta el doctor Antonio Jurado, miembro de la Junta Directiva de la AEP.

-Normas de seguridad básicas
Entre las recomendaciones de la Asociación Española de Pediatría para prestar una asistencia segura y de calidad al paciente pediátrico, los expertos destacan las siguientes áreas de mejoras:
• El correcto lavado de manos y una adecuada higiene de las mismas.
• La implementación de la receta electrónica única en las consultas médicas hospitalarias y de Atención Primaria.
• La elaboración de un listado de medicamentos de alto riesgo, con un etiquetaje de fármacos sencillo (llamativo, visual y de fácil identificación).
• Asimismo, los prospectos deben de ser claros y precisos en cuanto los efectos adversos que se pueden derivar de la administración del medicamento.
• Una correcta identificación del paciente y del procedimiento o proceso al cual se va a someter.
-No es lo mismo

En la actualidad en nuestro país hay hasta 19 especialidades pediátricas que no están reconocidas oficialmente, un hecho que no sucede en la mayoría de los países de nuestro entorno. Esta situación está dificultando el acceso a los centros hospitalarios de un número suficiente de profesionales específicamente formados y cualificados para atender las diferentes patologías infantiles, hecho que impacta negativamente sobre la calidad de la asistencial. Ante esta problemática, la Asociación Española de Pediatría demanda el reconocimiento de las especialidades y ha puesto en marcha la campaña de concienciación social No es lo Mismo, una iniciativa que pretende llamar la atención de la población española sobre el valor que aportan las especialidades pediátricas a la asistencia sanitaria de calidad de la población infantil y sobre su impacto positivo en los resultados de salud.