"Entre el tres y el seis por ciento de los embarazos son portadores de anomalías". Así lo afirma la doctora Luisa Ceres, del Hospital Materno-Infantil Carlos Haya de Málaga. La experta impartirá una charla titulada "La búsqueda de malformaciones en el diagnóstico prenatal: ecografía" en el marco del XXX Congreso Nacional de la SERAM (Sociedad Española de Radiología Médica) que tiene lugar del 27 al 31 de mayo en el Palexco de A Coruña.
"La ecografía de la vigésima semana ha consolidado al feto como paciente. Ésta está orientada a la búsqueda de malformaciones congénitas, identificación de trastornos transitorios y valoración de la hemodinámica fetal", explica la experta. Así pues, "esta prueba está orientada a su estudio completo, así como el estado del medio en el que se encuentra, para ello la exploración requiere de una sistemática rigurosa, siempre la misma, para no olvidar ningún órgano o estructura importante", añade.
En este sentido, "las malformaciones prenatales más frecuentes son a nivel renal, sobre todo dilataciones del aparato urinario (que pueden afectar al correcto funcionamiento de los riñones), cardíacas y cerebrales", señala la ponente.
Además, "aunque la ecografía no es un estudio genético, detecta marcas de trisomías (como por ejemplo el síndrome de Down)". En este sentido, según la experta, "un engrosamiento de la nuca –pliegue nucal- de más de 5 mm supone en un 80% de los casos riesgos de alteración cromosómica". En estos casos en los que salta la alarma, "lo más recomendable es someterse a un estudio genético, normalmente para esta prueba es necesario haber superado las semana número 16 de gestación".
-Marcas ‘sospechosas’
Otras marcas ‘sospechosas’ son una separación más grande de lo normal entre el primero y el segundo dedo del pie –pie en sandalia-, una ausencia del hueso de la nariz, o que el feto tenga un intestino muy brillante. "Estas marcas aisladas suponen ningún peligro, de hecho se ve en población normal. El problema surge cuando detectamos más de dos o tres, son el conjunto de ellas las que nos hacen sospechar un Síndrome de Down sin malformaciones prenatales", advierte Ceres.
Asimismo, gracias a la ecografía de la vigésima semana los radiólogos son capaces de identificar fetos que no crecen, así como las causas de dicho fenómeno. "Puede ser debido a una insuficiencia de la placenta, a determinados tipos de anomalías o simplemente a que el feto es pequeño por constitución.". Una vez hecho el diagnóstico, "hoy en día es posible intervenir al feto, y si no, se espera al nacimiento para intervenir, si la situación así lo requiere".
Respecto a las limitaciones de la ecografía, la radióloga asegura que "son pocas, como por ejemplo que el feto esté mal colocado, lo cual tiene fácil solución: esperar y repetir la prueba más tarde". Por otra parte, "la obesidad también supone una limitación en cierta medida puesto que dificulta una buena resolución ecográfica a la hora de detectar malformaciones prenatales". La prueba no puede diagnosticar enfermedades metabólicas, ni malformaciones que aparecen en semanas posteriores.
¿El reto en el mundo de la ecografía? "La ecografía intervencionista y ecografía en 3D y 4D que permiten obtener datos más rigurosos de las patologías gracias al estudio volumétrico de los órganos", responde la experta.