[ENTREVISTA] Entrevista con Pablo Alborán: el arte de tomar las riendas

Publicado el 16 diciembre 2014 por Marta @muyalboranista

Si es verdad eso de que la industria de la música está desapareciendo, en esta suite de cinco estrellas porteño se nota poco y nada. El último chico listo de la canción melódica hispanohablante habla de su reciente creación rodeado de asistentes (personales, de su nuevo sello) y periodistas de El País de Madrid que graban todo para un documental para dar testimonio de lo grande que es por aquí. Pero no se trata de una movida antojadiza y sin respaldo popular. Es que el tácito de la introducción es Pablo Alborán, el malagueño que ya se cargó varios récords en su país y que desde hace un par de años se metió a Latinoamérica en el bolsillo.
La movida la genera Terral, su nuevo disco de estudio que, según información previa, supone un cambio repentino en el que impuso condiciones. "Es que me vi envuelto en un montón de cambios _revela ante VOS_. En los discos anteriores tenía un manager - productor, estaba en otra compañía (EMI, ahora es Warner) y, pese a que siempre tuve en claro qué quería hacer, sentí (o me hacían sentir) que era nuevo en esto. Cuando el año pasado llegó el fin de mi gira, una gira de tres años sin descanso, decidí que era el momento de parar y de repensar todo. Entonces, tomé las riendas".
Alborán añade que pensó "todo cambio ocurre por algo" y se propuso centrarse en su trabajo, que es sólo hacer música: "Llegó el momento de desnudar mi música, de hacer un nuevo disco sin pensar la dirección ni públicos potencial. Menos es más fue la idea, que suene lo más honesto posible. Poder ser yo".
-La honestidad es un valor que se persigue en la música pop de hoy...-Que el disco sea orgánico no quiere decir que sea más honesto que otro más ornamentado, lo tengo claro. Yo sólo quería que suene a madera...
-El estar desprovisto de elementos artificiales te obliga a rendir como instrumentista. ¿Cómo es tu relación con la guitarra, con el piano?-No soy gran guitarrista, ni pianista, pero estudié ambos instrumentos en onda re clásica. Una profe polaca me daba con las reglas, y tuve una profe francesa bastante heavy. Luego aprendí con similar rigor a tocar la guitarra. No tengo una técnica perfecta, hago lo que me permite acompañar mis canciones. La idea es que, a la hora de tocar, logre transmitir emoción. Eric (Rosse), el productor de Terral, me dijo "quiero que toques; tocas la guitarra y el piano y en ninguno de tus discos has tocado. Cuando la gente escuche el disco, necesito que te reconozcan en la música". Coño, me daba vergüenza hacerlo porque en estudios estaban el guitarrista de Sting, el batería de John Mayer... Si están estos genios, ¿cómo voy a tocar yo? Pero lo hice en pos de la búsqueda de mi identidad.
-"El que toca nunca baila" dice una letra folklórica argentina. ¿Perdés posibilidad como frontman en este nuevo ordenamiento?-A lo orgánico lo replico en el directo. Necesito que le gente conecte y, para eso, me tienen que ver en mi salsa. Habrá parte intimista, pero luego también otra de baile, con mucha percusión. Será un directo con muchos matices. A todo el repertorio anterior, lo traeré a este nuevo registro. Habrá baile, pero no coreografía. No soy Justin Timberlake, pero habrá fiesta porque sé cómo transmitir un estado de algarabía. Haré alguna que otra locura, habrá desmelene. No soltaremos la coleta bastante.
-Guitarra en mano, ¿das como cantautor testimonial?-No me ubico, que me ubiquen los demás. Escribo las canciones y no estoy metido en ninguna burbuja. Diría que lo mío es una mezcla de un montón de cosas. Hay que ir por donde las canciones te piden, no guiarlas demasiado. Sólo apunto que cuando se habla de amor en el disco, se hace de manera real, no tan peliculera (sic). Vívela es una canción de muchísimas cosas en una; habla de la enfermedad, del tiempo, de lo que sucede en la calle, de la juventud. También de las barreras, del amor libre... Habla de muchísimas cosas. Está permitido hablar del paso del tiempo y de los errores que cometemos por el sencillo hecho de ser humanos.
-Más allá de que no llegues al extremo de ser un cantautor "político", ¿qué percibís que puede pasar en el futuro inmediato de España?-Ojalá tuviera la bola de cristal. Estamos en un momento de mucha crispación, de muchas preguntas y, para qué negarlo, de mucha tristeza. Vivimos un desastre. Personalmente, no me siento identificado con ningún partido y no veo respuestas. No veo propuestas. Veo lo de todos; una crispación, insisto. Por ejemplo, en la televisión hay un programa de debate que no tiene mucho futuro, sencillamente porque no hay debate sino un espacio en el que unos observan lo mal que hicieron las cosas otros.
-Volviendo a la música, tu caso es testimonio vivo de que no toda estrella de la canción sale de un reality show.-Es cierto. Soy partidario de buscar menos fórmulas y conspiro contra la idea de adecuarse a lo que la gente espera de uno. Obviamente, todo el mundo busca funcionar, pero si empiezas a buscar fórmulas que nada tiene que ver con lo que sientes, difícilmente pase. Porque ya estarías dirigiendo tu obra hacia un sitio donde ésta no quiere ir. Yo he tenido suerte...
-¿Por?-Porque mis equipos y compañías me han dejado ser. Y han confiado en mis canciones. Yo sólo busco que mi carrera represente un salón de casa con amigos a los que quiero emocionar con mi música. Eso quiero y quise transmitir.
-¿Qué tiene "Terral" de apego al lugar donde naciste y te criaste?-En Málaga, se le llama Terral a un viento muy caluroso, asfixiante. Cuando elegí este título, pensé que podría ser un poco negativo, pero no apunté a ese sentido sino al de la noche del terral. Porque es entonces que ese clima infernal se vuelve más asequible, ideal para que se instale la fiesta en la región por la feria de Málaga. La noche del terral es pura sensación de calma, de tranquilidad, de despreocupación. Grabé el disco en la estación del terral. Y lo he compuesto en Málaga...
-Pero por más apego que tengan, los melodistas del pop español terminan residiendo en Miami.-Personalmente, me gusta mucho mi tierra y mi país. Si me fuera, sería sólo por trabajo. En Los Ángeles residí porque el productor estaba ahí; si hubiera estado en Tokyo, me iba para allá. De todos modos, Miami no tiene connotaciones negativas para mí. No obstante, elijo estar en Málaga y con mi gente. Me gusta así, me transmite mucha calma.
Con show programado
20 de marzo. Pablo Alborán en Quality Espacio (Av. Cruz Roja 200). A las 21.30. Presentará su disco Terral. Anticipadas desde $330 en Ticketek y boleterías de Quality (Independencia 541 y sala).
Fuente: VOS.