Entrevistando a... Fernando Figueras: "El realismo delirante me sale naturalmente"

Por Annie
Estoy feliz de darle hoy la bienvenida al blog a un autor porteño que conocí en el pasado Festival Azabache de Mar del Plata, leí su obra Ingrávido (un compendio de relatos cortos que fluyen entre lo absurdo y lo hilarante de la cotidianidad humana. Buenísimo, me encanta este tipo de humor y me encanta sumergirme en esta clase de historias de vez en cuando -bastante seguido- para variar de tantos aires fantasiosos), y me di el placer de entrevistarlo :D Espero que se animen a conocerlo!!
~Sobre el autor~
Alumno de Alberto Laiseca, Fernando Figueras cultiva el realismo delirante y ha publicado relatos en las revistas Axxón, miNatura y Guka. Su relato “Pileta rusa” recibió el tercer premio en el 8º Concurso de Cuentos Alfredo Cossi (SADE Baradero, 2010), y “Sequía” fue elegido para integrar la antología De Diez(Ediciones Al Arco, 2009), en el marco del I Concurso Nacional de Cuentos de Fútbol Roberto Santoro. Es profesor de música e hincha de Ferro. Nació el 26 de abril de 1970 en la ciudad de Buenos Aires. En 2010, Muerde Muertos publicó su primer libro de cuentos, Ingrávido, que resultó finalista en el Premio Internacional de Cuento para Libro Édito Juan José Manauta 2011, entre 498 obras. En el 2013, apareció su segundo libro: Quepobrestán (nouvelle divague).

¡Bienvenido a Llave de Tinta Fernando! Gracias por aceptar esta entrevista. ¿Cuándo comenzaste a escribir y cómo nació Ingrávido, tu primera obra?

Gracias por la bienvenida y por el espacio.
Comencé a escribir en 2004. Hacía años que leía mucho, pero nunca había considerado la posibilidad de escribir. Hasta ese momento me dedicaba a la música, tocaba la guitarra a diario, pero hubo algunos cambios en mi vida y en determinado momento, en vez de levantarme y ponerme a practicar con el instrumento, me puse a leer y luego empecé a escribir algunas cosas que se me iban ocurriendo. Poco a poco fue creciendo mi interés por contar las cosas que se me ocurrían, mis fantasías o mi manera de ver la vida. Para mí fue importante leer a autores cuyos trabajos no me parecían inalcanzables. Está bueno leer algo, disfrutar de esa lectura y decir “yo también puedo escribir algo así”. Entonces decidí probar yendo a un taller literario. Leí algunos reportajes a Alberto Laiseca y me pareció que su mundo era fascinante, me compré Matando enanos a garrotazos, un libro de cuentos de él y lo terminé de leer en un día y decidí tomar clases con él. Fui su alumno durante cuatro años. Ingrávido, mi primer libro, contiene alguno de los cuentos que yo llevaba al taller para leerlo frente a él y mis compañeros.

Encuentro entre Muerde Muertos y la Cofradía del Fantasy Argentino.en el Festival Azabache 2013
Fernando Figueras está arriba a la izquierda, junto a Leo Batic.(el de camisa azul)

¿Cómo fue tu experiencia de publicación en la editorial argentina Muerde Muertos, de autores contemporáneos, y haber sido finalista del Premio Internacional de Cuento para Libro Édito Juan José Manauta?

Damián Blas Vives, Fernando Figueras y José María Marcos
en la presentación de Quepobrestán (jueves 22 de agosto de
2013, en la Escuela Freudiana de Buenos Aires)

En el taller de Laiseca conocí a José María Marcos. Compartimos muchas clases y notamos que teníamos gustos similares en cuanto a la literatura y además a cada uno nos gustaba el trabajo de escritura que hacía el otro. Años después, él decidió crear la editorial Muerde Muertos, junto con su hermano Carlos Marcos. La idea era editar literatura de terror (colección Muertos) y erótica (colección Muerde), pero también quisieron editarme un libro de cuentos que, al no entrar en ninguna de las dos categorías, quedó en la colección Ni Muerde ni Muertos. La experiencia hasta acá es buenísima, porque además de la edición de los libros, compartimos lecturas, presentaciones en ferias, charlas literarias. Todo eso hace que uno acompañe al libro y la difusión sea mucho mejor, además de permitirnos realizar actividades que nos gustan. En cuanto al Premio Manauta, me enteré por internet del concurso y se lo comenté a José María, porque había que enviar 5 libros. Estuvo de acuerdo, y al poco tiempo nos enteramos de que (Ingrávido) había quedado seleccionado entre más de 400 títulos. Fue una gran sorpresa y alegría. Finalmente, el premio lo ganó Walter Ianelli.
Contanos un poco sobre tus obras, ¿qué encontrará (o esperás que encuentre) el lector en Ingrávido y tu nueva novela, Quepobrestán?
Creo que el que lea lo que escribo va a encontrar literatura fantástica, con mucho humor, delirio y ritmo. Pero además son textos que tienen mucha conexión con la realidad, no es el delirio por el delirio mismo sino como un vehículo para abordar los temas de la vida cotidiana que me interesan: el poder, las relaciones humanas, el amor, los cambios que tenemos en nuestras vidas y la manera de actuar en esas situaciones.
¿Qué es lo que más te atrae del realismo delirante y te impulsa a escribir en el género? ¿De qué hablamos cuando hablamos de la nouvelle divague?
El realismo delirante me sale naturalmente. Puedo escribir otras cosas, pero me siento a gusto ahí. La exageración es una característica del realismo delirante y también de mi forma de analizar las cosas. Me sirve para analizar lo que pasa y para entenderlo mejor, para verlo más claro.
La nouvelle divague es un género que se me ocurrió un poco en broma. Sé que Llave de Tinta es leído por muchos jóvenes y tal vez sea bueno contar que en la década del ’60 existió un grupo de directores de cine franceses, entre quienes estaba Jean-Luc Godard, que cultivaron un estilo llamado nouvelle vague (nueva ola). Mi libro Quepobrestán es una nouvelle, o sea una novela corta, y por sus características argumentales tiene mucho de divague, de ahí el juego de palabras para definirla. Los rasgos principales de una nouvelle divague son: personajes monstruosos, a los que le suceden cosas absurdas; una situación extrema, insoportable para el protagonista; y un final divague, o sea un final inesperado, loco, pero que tiene relación con esa situación desesperante que vive el protagonista.

¿A qué lector le recomendarías tus obras?

A cualquiera que tenga ganas de leer. De todas maneras, puestos a recomendar, les recomiendo que lean a Mario Levrero, Boris Vian, Roberto Arlt, o a los otros autores editados por Muerde Muertos.
En tus años escribiendo y publicando con Muerde Muertos, ¿qué es lo más delirante que te pasó y nunca te imaginaste que fuese posible? ¿Alguna anécdota que quieras compartir con nosotros?
Lo más delirante lo recuerdo perfectamente. Estábamos con los Muerde Muertos en una biblioteca popular en la provincia de Buenos Aires. Acabábamos de terminar con una lectura de textos, todo bien. De repente, afuera se escuchan voces, algún grito, agitación. A los pocos segundos entró al lugar Penélope Cruz seguida de 99 Penélopes Cruces más. Todas llevaban puestos unos vestidos transparentes rojos. Sus miradas dejaban en claro que estaban en un buen día para conocer gente, por decirlo de algún modo. Sin importarles lo que sucedía alrededor, enfilaron para donde estaba yo. Se detuvieron a escasos centímetros de mí. No dije nada, ¿cómo hacés para hablar con cien mujeres? Además intuí que no querían hablar. Con voz firme y suave a la vez, dóciles y decididas al mismo tiempo dijeron: ¡Te amo! Cada una lo dijo por su cuenta coincidiendo con las otras en tiempo y forma. El unísono más maravilloso que oí en mi vida. Quedé shockeado. Fue tal el impacto que me di vuelta para ordenar mis ideas. Se ve que estando de frente no confiaba en poder ordenarlas, no sé. Lo cierto es que de espaldas a las Cruces pude ver cómo volaban sobre mi cabeza decenas (diez decenas para ser preciso) de transparencias rojas. Me di vuelta, obvio, preocupado por la salud de esas chicas, dado que hacía frío. Ellas tenían los brazos extendidos. Al instante se abalanzaron sobre mi y luego de saludarnos y conocernos a un nivel muy básico procedieron a sacarme de allí en andas y llevarme a la carrera hacia un monte que quedaba ahí cerca. Pasamos una semana juntos. Si bien fue un tanto agotador, tengo el mejor de los recuerdos de aquellos días. A la octava mañana me desperté y ya no estaban. Bueno, así es el mundo de la Literatura.

¿Dónde podemos conseguir tus obras? ¿estás trabajando en algún nuevo proyecto actualmente?
Las obras las distribuye Galerna, así que se consiguen en librerías Galerna, pero también en Yenny, Cúspide y varias librerías más. También pueden consultar al blog de la editorial: www.muerdemuertos.blogspot.com. Allí está toda la información para quien quiera comprar los libros.
Estoy terminando mi primer libro a dúo con José María Marcos, que no sé si va a ser bueno o malo, pero creo que es muy original. Saldrá el año que viene y lo único que puedo anticipar es que tendrá que ver con algo importante que va a pasar en el mundo en 2014. Ampliaremos…

¡Gracias por tu tiempo Fernando! ¿Algo que quisieras decirle a los lectores?

Gracias por su tiempo de lectura. Busquen libros que les interesen, de cualquier tema, nacionalidad o autor, y lean. Y después recomienden.
¡Un abrazo!
Entrevista realizada por

~Sobre sus libros~
Editorial: Muerde MuertosPáginas: 120Fecha de publicación (Argentina): 2010 Precio: $70
Siete cautivantes relatos que, sumándose a las más audaces propuestas actuales, juegan al borde de los géneros, creando un particular mundo donde la parodia no alcanza sólo a la realidad, sino también a la ficción misma. Mediante una prosa atrevida y satírica, el delirio y la literatura se transforman en sinónimos, para dar cuenta de lo absurdo de ciertas creencias que sostienen lo que conocemos como sentido común.
Decir que los cuentos de Fernando Figueras son 'delirantes' sería una afirmación para salir del paso y meter al libro Ingrávido en algún estante de lo que solemos conocer como literatura.
Delirio hay, por supuesto, porque cuando uno entra a su mundo siente que todo puede suceder. Sin embargo, no se trata de una acumulación de disparates que sólo nos hace reír, sino más bien una forma descarnada de deconstruir la realidad, de pasarla por encima con un tanque de guerra y luego rearmarla, aunque en esta nueva versión la cabeza haya quedado en los pies, las manos sean los brazos y en las cuencas de los ojos estén nuestras orejas.
Para ser más precisos basta un solo ejemplo. En 'Esquinas', donde un profesor se aferra a una insólita salida laboral, el autor describe la situación de la siguiente manera: 'Los que en una esquina eran víctimas de los limpiavidríos, en la otra eran victimarios al volante. Ese era uno de sus problemas en aquella época, quizás peor que su situación económica: lo desesperaba mirar alrededor y no poder tomar partido por nadie'. Y agrega: 'Por suerte, a todo esto, el Intendente no hacía nada'. Porque, claro, si el Jefe de Gobierno empezara a trabajar todo podría ser peor. 'Con algunos tipos (acota) lo conveniente es pagarles un sueldo para que no hagan nada'.
Tras leer estos cuentos dotados de ingenio y lucidez, uno entiende que el sentido del humor en Fernando Figueras se parece, al decir de Emil Fischer, a un profundo sentido de la supervivencia.
José María Marcos
Editorial: Muerde MuertosPáginas: 80Fecha de publicación (Argentina): 2013Precio: $70 
¿Qué haría usted si, cargado de deudas, mala suerte y sin dinero, recibe la noticia de que ha ganado un premio monetario en un concurso literario? ¿Importa que sea de un país y en una moneda que desconoce?
Fernando Figueras ha fundado en Quepobrestán un nuevo género: la nouvelle divague, donde el erotismo, la crudeza, el humor y la reflexión filosófica se encuentran en los repentinos movimientos del pensamiento delirante. La escritura fluye por un curso en constante lucha con lo conocido y lo irremediable: divagar es entregarse a la aventura sin plan, pero sin rendirse, a los descubrimientos y a la experimentación de una nueva percepción. Bajo esa óptica, Federico De Nucchi emprende un viaje que lo enfrenta a su sistema de creencias en el amor, al mundo de los concursos literarios, el márquetin, la academia y la consagración profesional. Quepobrestán es un enigma que irrumpe como promesa de salvación en la fatalidad de un escritor argentino. Un país, una islita en Oceanía que bien podría ser paradisíaca. Pero como esa última sílaba que el idioma quepobrestaní le resta al castellano, el sueño de De Nucchi quizá se realice de manera incompleta y distorsionada, acaso viéndose enredado con narcotraficantes y un hombre insólitamente pálido. Quepobrestán, por suerte, es también un manual de supervivencia que puede enseñarle a De Nucchi y al lector a enfrentar el horror de la vida cotidiana.
~Sitios de interés~
 
Editorial Muerde Muertos
Fernando Figueras en Muerde Muertos
Reseña de Ingrávido en Sobre Literatura Fantástica
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