Equinoterapia

Por Gabriel Giner @esaludcom

La equinoterapia es una terapia natural que se realiza con el caballo. Tiene un objetivo puramente terapéutico, contribuyendo a la rehabilitación, integración y socialización de aquellas personas que sufren algún tipo de discapacidad mental o psíquica, así como de aquellas que presentan algún tipo de trastorno del comportamiento o problema social.

¿Qué es la equinoterapia?

La equinoterapia, también conocida como terapia ecuestre, es un tratamiento especialmente dirigido a aquellas personas que sufran algún tipo de discapacidad. Tiene una gran selección de beneficios tanto a nivel físico como psicológico. Las actividades que se realizan con caballos ayudan al desarrollo cognitivo, físico, emocional y social de estas personas. Así, el principal objetivo de esta terapia es conseguir una mejor calidad de vida para quienes la practican.

Es interesante conocer que no todos los caballos sirven para realizar sesiones de terapia. Deben ser animales nobles, con un temperamento dócil y tranquilo. Además, es esencial que sean entrenados de manera totalmente natural, sin ningún tipo de sometimiento ya que de este modo se asegura la confianza en el caballo. Por supuesto, es importante que esté habituado al trato con personas.

Historia

La historia e la equinoterapia se remonta a varios miles de años de antiguedad. Algunos estudios han revelado que en el año 460 a.C Hipócrates conocía las virtudes terapéuticas de los caballos. Así, recomendaba la práctica de esta actividad a aquellos pacientes que sufrían de patologías que no tenían tratamiento con el principal objetivo de mejorar su estado de ánimo.

A finales del Siglo XIX, el doctor Chassaignac, un neurólogo francés, comprobó cómo sus pacientes presentaban una gran mejoría después de montar a caballo. Además, el movimiento del animal mejoraba su equilibrio, así como el control de sus músculos.

La equinoterapia tal y como la conocemos surgió a finales de la década de los 60 en México, de la mano del comandante Rogelio Hernández Huerta. La técnica que utilizaba resultaba algo diferente a la que se usa hoy en día, pero los principios de la terapia con caballos continúan intactos.

Modalidades de equinoterapia

Existen diferentes tipos de disciplinas en torno a la equinoterapia. Los explicamos a continuación.

  • Volteo terapéutico: se conoce como tal a aquella modalidad que consiste en realizar una serie de ejercicios sobre el lomo del caballo. Resulta una actividad muy beneficiosa para mejorar el equilibrio, así como la coordinación.
  • Hipoterapia: es una disciplina que guarda una cierta similitud con el volteo terapéutico. Consiste en la relación de diversos ejercicios fisioterapéuticos sobre el cabello. Uno de los principales beneficios de esta actvidad tiene que ver con la transmisión del calor corporal del animal al paciente.
  • Psicoterapia: la psicoterapia asistida con caballos es una herramienta que hace uso del instinto natural de los caballos para intervenir en los pacientes desde el punto de vista social y emocional.
  • Pedadógica: esta es una de las disciplinas más ampliamente utilizadas en la equinoterapia. El paciente consigue una adaptación precisa a su entorno y al cabello, lo cual guarda un amplio abanico de beneficios: aumenta la motivación, mejora la capacidad tanto de concentración como de atención, estimula la sensibilidad y fomento de la independencia y autonomía.
  • Social: esta modalidad de equinoterapia gira en torno a la relación activa que se crea entre el propio paciente y el cabello, lo cual favorece de forma notable tanto la adaptación como la integración a nivel social.
  • Ocupacional: un tipo de terapia destinada a fomentar la inserción laboral de pacientes con algún tipo de discapacidad a nivel físico /o mental. Consiste en la realización de una serie de actividades de cuidado del cabello: cepillado, limpieza de los matriales, colocación de la monta…
  • Adaptada: y, por último, lo que se conoce como equitación adaptada. Se vincula con la práctica de deporte por parte de personas discapacitadas que practican la monta. De este modo, pacientes con discapacidad pueden practicar equitación con las adaptaciones necesarias.

Así, la equinoterapia resulta una terapia con una gran selección de beneficios tanto a nivel físico como psicológico para personas que sufren algún tipo de discapacidad. No hay que olvidar que el caballo es uno de los animales más sensibles que existen, con una gran capacidad para percibir el estado de ánimo de las personas. Además, aunque en muchos casos las personas no sean capaces de reconocerlo, el caballo se comunica de forma constante mediante el lenguaje no verbal.

Beneficios de la equinoterapia

Los beneficios de la terapia ecuestre se pueden dividir en dos grandes categorías: físicos y psicológicos.

Beneficios físicos

Desde el punto de vista físico, este tipo de terapia con caballos mejora de forma notable el equilibrio de los pacientes, así como el control de la postura corporal. Un aspecto fundamental en personas con algún tipo de discapacidad física ya que mejora su autonomía.

Además, fortalece el tono muscular al tratarse de una actividad física. Así, personas con movilidad reducida o cuya enfermedad les obliga a pasar largos periodos de tiempo en cama, evitan la trofia muscular.

La equinoterapia también mejora la percepción que tienen los pacientes de su propio cuerpo, así como la coordinación y orientación.

Beneficios psicológicos

La terapia con caballos tiene un amplio abanico de beneficios a nivel psicológico que resulta interesante conocer. En primer lugar, aumenta la autoestima de quienes la practican ya que mejora su nivel de autoconfianza.

En segundo lugar, estimula la capacidad tanto de atención como de concentración, lo cual es sumamente importante, sobre todo en pacienets con algún tipo de discapacidad mental. Y, en tercer y último lugar, fomenta la comunicación verbal y no verbal, lo que supone un gran avance en la comunicación entre los pacientes y las personas de su entorno.

¿A quiénes está dirigida la terapia con caballos?

La equinoterapia está especialmente indicada para los siguientes casos.

  • Ansiedad infantil: en pleno Siglo XXI, son cada vez más los niños que sufren de ansiedad infantil y estrés escolar. Se trata de un proceso totalmente natural del cuerpo humano, que responde ante una agresión externa.
  • Hiperactividad: la terapia con caballos también resulta muy beneficiosa para aquellos niños que sufren de hiperactividad, un trastorno que se caracteriza por una gran dificultad para mantener la atención y un exceso de actividad.
  • Adicciones: en el caso de personas adultas, este tipo de terapia resulta cada vez más utilizada por parte de personas que sufren algún tipo de adicción, como por ejemplo al alcohol o a las drogas.
  • Trastornos del habla: para determinados trastornos del habla, como por ejemplo la dislalia, la terapia ecuestre también resulta de gran ayuda. Fomenta la comunicación no verbal entre el paciente y el caballo, de modo que éste aprende a comunicarse mejor con las personas de su entorno.
  • Síndrome de Down: tanto niños como adultos con síndrome de Down encuentran grandes beneficios en la equinoterapia.
  • Autismo: en el caso de niños con autismo, resulta una terapia muy indicada ya que fomenta su autonomía y mejora sus relaciones sociales.
  • Parálisis cerebral: una de las aplicaciones más habituales de la terapia ecuestre es en pacientes con parálisis cerebral, tanto niños como adultos.
  • Esclerosis múltiple: una enfermedad neurológica caracteriza por la destrucción progresiva de la mielina del sistema nervioso central.
  • Esquizofrenia: y, por último, esta terapia también resulta de gran ayuda en pacientes con determinadas enfermedades mentales como la esquizofrenia. Según la OMS, se estima que afecta a 52 millones de personas en todo el mundo.

¿Cómo es una sesión de terapia ecuestre?

Una sesión de terapia ecuestre comienza por conocer a la persona y determinar cuáles son tanto sus posibilidades como sus limitaciones. Una vez analizados estos puntos, se procede a establecer el primer contacto entre el paciente y el caballo; es importante que se cree una relación de confianza entre ambos para que el paciente se encuentre totalmente relajado a la hora de realizar las diferentes actividades.

En líneas generales, en un principio el paciente comienza dando de comer al animal; además, puede realizar otras tareas como el cepillado del pelo. El contacto físico entre el animal y el paciente es muy importante.

Antes de pasar a la monta se realizan una serie de actividades de calentamiento. No hay que olvidar que la equitación es una actividad física y, por lo tanto, requiere del calentamiento previo de la musculatura.

En función de cuáles sean las necesidades de cada paciente, se pueden llevar a cabo diferentes actividades durante la sesión. En ocasiones se puede hacer uso de elementos adicionales como pelotas, aros o conos, entre otros.

La gran mayoría de pacientes acuden a las sesiones de terapia ecuestre una vez por semana. No obstante, deben ser las personas responsables de la terapia quienes determinen la periocidad más adecuada para cada caso, así como los avances que realiza el paciente.

La equinoterapia y sus beneficios son importantes no sólo para la persona que recibe la terapia en cuestión, sino también para sus familiares y personas más próximas. Y es que, el contacto con cabellos mejora de forma notable el estado de ánimo, lo cual supone una gran mejora en las relaciones afectivas que mantiene el paciente.

Contraindicaciones de la equinoterapia

Tal y como hemos señalado, la terapia ecuestre tiene una gran selección de beneficios tanto a nivel físico como psicológico. No obstante, existen una serie de contraindicaciones que conviene recordar.

No resulta un tratamiento adecuado para aquellos pacientes que sufran incontinencia urinaria, así como insuficiencia cardíaca. Tampoco está indicado para personas con algún tipo de problema óseo, como osteoporosis.

Por supuesto, personas con alergia a los animales no pueden practicar esta actividad, así como aquellas que tengan miedo a los caballos.

Los mejores caballos para equinoterapia

El éxito de la terapia ecuestre depende en gran medida de la elección del caballo adecuado. Es obligación del centro en el que se imparte la equinoterapia conocer cuáles son las características de los animales y para qué tipo de pacientes es adecuado cada uno de ellos.

El caballo no debe ser muy mayor ni muy joven ya que los potros resultan más difíciles de manejar debido a su carácter inquieto. Lo mejor es que el animal tenga entre 7 y 20 años. Además, es esencial que sea un animal noble, sin ningún tipo de miedo hacia las personas; esto es importante para evitar cualquier tipo de reacción que pueda suponer un peligro para el paciente.

También es importante que el cabello esté acostumbrado tanto a ruidos como a movimientos bruscos para que se encuentre totalmente tranquilo durante la sesión.

En cuanto a la raza, lo cierto es que no es un factor fundamental. No obstante, sí resulta recomendable que sea un animal fuerte y resistente, capaz de soportar el peso de dos jinetes ya que en ocasiones lo montan de manera conjunta el paciente y el terapeuta.

Conclusión

La terapia ecuestre tiene una relevancia cada vez mayor en la sociedad actual. Tanto mayores como niños que sufran algún tipo de discapacidad o enfermedad tanto a nivel físico como psicológico encuentran en la terapia con caballos un amplio abanico de beneficios. La equinoterapia contribuye de forma notable tanto a la integración y socialización.