¿Es especista referirnos a otros animales como los nohumanos?

Por Luistovar


Este texto es una respuesta a determinadas críticas que he visto realizar últimamente en contra de utilizar el término nohumano para referirnos a los otros animales que no son humanos. Críticas motivadas, según parece, por una errónea comprensión de lo que es el especismo.
Hay personas que consideran que realizar cualquier distinción entre humanos y otros animales es especista. Sin embargo, el especismo solamente existe en el terreno moral. Si el sentido de nuestro lenguaje es puramente descriptivo (científico) entonces no puede haber especismo. No es especista diferenciar taxonómicamente entre humanos y delfines, o entre peces y mariposas, de acuerdo con sus semejanzas genéticas. 
Antes de nada, es importante aclarar que la condición de ser humano es puramente biológica. Por lo tanto, decir que otros individuos no son humanos es una mera referencia biológica. No implica excluirles ni discriminarles de la consideración moral. A no ser que pensemos que solamente los seres que son humanos merecen ser respetados como personas. En ese caso estaremos evidenciando un prejuicio especista.
El especismo solamente puede producirse cuando hacemos una discriminación moral motivada por la diferencia de especie. Pero esto no ocurre cuando diferenciamos biológicamente entre humanos y nohumanos. Porque no se trata de una diferenciación moral. Exactamente lo mismo que cuando diferenciamos entre hombres y mujeres, o entre niños y adultos, o entre blancos y negros. Nos basamos en diferencias biológicas. Pero tal diferenciación no implica ni postula una discriminación moral excluyente en lo que se refiere a la consideración moral básica. Aunque puede ser que nosotros sí hagamos dicha discriminación entre distintos tipos biológicos, pero entonces estaremos en otra categoría diferente. Estaremos en el contexto moral
De acuerdo con el prejuicio especista, los demás animales son injustamente discriminados por no ser humanos. Recalcar el hecho de que no son humanos apela al motivo por el que son discriminados. Hablar de los nohumanos y pedir igual respeto para todos ellos, no solamente no es especista sino que, justamente al contrario, se trata de un desafío al especismo predominante.
Precisamente al pedir respeto por los nohumanos se hace hincapié en que el hecho de no formar parte de la especie humana no es motivo razonable para discriminar injustamente a nadie. Por eso, a mi modo de ver, hablar de los demás animales como los nohumanos ayuda a combatir y erradicar el especismo.
Lo que sí resulta especista es calificarles de "animales", excluyendo de esa categoría a los humanos, como si nosotros no fuéramos también animales. No sólo es incorrecto científicamente sino que es un reflejo esa mentalidad antropocentrista que pretende colocar a los humanos en un categoría radicalmente distinta y separada del resto de animales.
Calificar a los otros animales como animales nohumanos, o nohumanos, no sería especista porque ese tipo de expresión no les excluye ni les discrimina de ninguna categoría o consideración moral. El especismo es una discriminación moral en base a la especie. Pero señalar que otros animales no son humanos (y que precisamente por no ser humanos se les discrimina injustamente) no implica ni constituye ningún tipo de exclusión moral.
Ciertamente la partícula "no" implica una negación. Pero una negación no implica exclusión ni discriminación. Negar que los seres sintientes sean esclavizados es, en efecto, una negación. Pero no implica excluir ni discriminar a nadie. La negación tiene la función de delimitar ámbitos. Por ejemplo, cuando decimos que no debemos explotar a los seres sintientes, la negación no conlleva excluir ni discriminar injustamente.
Cuando hablamos de varones y mujeres, o de blancos y negros, estamos usando términos que delimitan a los individuos, pero eso no implica que tenga necesariamente un sentido identitario, sino que tienen una función puramente descriptiva. El hecho de que seamos humanos es un rasgo circunstancial. Aunque está claro que esa afinidad genética nos permite comunicarnos entre nosotros y constituir libremente una sociedad. Algo que con otros animales no podemos hacer. 
Sin embargo, la comunidad social no es equivalente a la comunidad moral. La comunidad social abarca a todos aquellos individuos que formamos parte de una misma sociedad y nos relacionamos entre nosotros. La comunidad moral se extiende a todos los seres dotados de sensación, independientemente de su especie. Es muy importante no confundir ambas categorías, y no caer el prejuicio del contractualismo (la creencia de que sólo aquellos individuos que pueden formar voluntariamente una comunidad o asociación con nosotros merecen consideración moral por sí mismos).
El término noviolencia hace referencia a un concepto que se ha constituido como un término positivo a pesar de surgir a partir de la negación y rechazo de la violencia como forma legítima de solucionar conflictos. Lo mismo podría ocurrir con el término noespecismo si lo utilizamos para referirnos al rechazo del especismo y a favor de una postura igualitaria de consideración hacia todos los seres sintientes.
Del mismo modo, el término nohumano es una forma positiva y abreviada para referirnos a todos aquellos seres sintientes que no son humanos, y no pueden ser participantes voluntarios (con consentimiento) de nuestra sociedad. Los nohumanos merecen el mismo respeto básico que los humanos, pero el prejuicio especista les relega a la categoría de seres inferiores, de recursos de los humanos. Concienciar acerca de esta injusticia es la tarea básica del movimiento de Derechos Animales. Y eso tiene que reflejarse también en nuestra forma de expresarnos. 
Cuando explicamos que hay  personas que no son humanas, y que estos nohumanos merecen estar libres de nuestra dominación estamos ayudando a erradicar el especismo de nuestra mentalidad. 
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