Es fácil ser arquitecto

Por Arquitectamos

De vez en cuando aparece en mis redes sociales esta estupidez:

Es algo que me saca de quicio, que me pone de mal humor, que me incomoda muchísimo. Se trata de que alguien, orgullosísimo de haber conseguido llegar a ser arquitecto (se ve que no se lo cree ni él, y habría que ver cómo se sacó la carrera) enuncia una supuesta ironía: "Es fácil ser arquitecto", para luego añadir una retahíla de cosas que prácticamente nos convierten en superhombres.

No puedo con ello. Ya estamos de nuevo los arquitectos presumiendo de la cantidad de cosas que sabemos hacer. (Sí, dice "un poco de"; menos mal). Lo primero que veo es que para presumir de todas esas sabidurías hay que tener bastante complejo de inferioridad. Ir toda la vida diciendo lo listos que somos es agotador y, sobre todo, ridículo.

Y si vamos leyendo todo eso vemos que muchos de los conocimientos que dice son propios de cualquier persona medianamente educada y culta, y los podemos tener como los tiene cualquiera, y de otros no sabemos nada en absoluto. ¿A qué decir que sí cuando no tenemos ni idea?

También me llama la atención que algo de lo que sí sabemos (o se supone que sabemos), como son las estructuras, no se mencione. O acaso lo deje caer implícitamente incluido en "ingeniería", que es algo que me termina de humillar. O sea, que esa vergonzosa confesión quiere hacer creer que el cálculo de estructuras no es propio de los arquitectos, sino de los ingenieros, y que nosotros sabemos "un poco" de lo suyo, invadiendo su terreno. Qué pena; yo creía que las estructuras también eran nuestras, pero solo somos medioingenieros.

(Aunque cabe la posibilidad de que las incluya en "mecánica", entendida esta como parte de la física y no como el conocimiento de chapucería variada. No lo sé. No me lo parece).

¿Política? ¿Religión? ¿Cine? ¿Teatro? En fin. Qué solemne estupidez. (No me refiero a que lo sea saber algo de esos asuntos, sino tener que saberlo para ser arquitecto y por oposición a los demás, que obviamente no saben nada de eso).

Siempre haciéndonos insoportables, prepotentes, jartibles. Cada profesional trabajando eficazmente en lo suyo y nosotros cagándola una y otra vez y encima diciendo a todo el mundo "lo hago mejor que tú". Es que me pongo a gritar y a dar puñetazos en la mesa.

Pero hay algo definitivo que nos retrata y que certifica claramente que no sabemos nada de nada, y, lo que es peor, que no solo no lo reconocemos sino que presumimos con chulería de lo contrario. Es casi todo, pero me refiero específicamente a la ortografía. ¿Para ser arquitecto hay que saber de ortografía? ¿De verdad? ¿Y para ser oncólogo no? ¿Y para ser fisioterapeuta? Pues bien, según dice ese cartel los arquitectos, que sabemos ortografía, escribimos "geometria", "politica", "fisica", sin tildes, y "cálcuo", que no sé qué es, pero supongo que le falta una ele.

En efecto. Sabemos de todo, sobre todo de ortografía. Ahí queda claro.

Veo que el cartelito de las gónadas insufribles está firmado por la Sociedad Colombiana de Arquitectos. La busco en internet y veo que sí existe, y que ese es su logotipo, y solo espero que no sea cosa suya, sino que alguien lo haya usado fraudulentamente y se lo haya encasquetado en ese pasquín infecto y repugnante. En ese caso les animo de corazón a que emprendan las acciones oportunas contra semejante bárbaro y consigan lavar su imagen y, por simpatía y contagio, la nuestra. Qué vergüenza ajena.

Todo esto debe de ser una broma sin más, pero la gente pica. Lo peor es que algún arquitecto ha compartido en Facebook ese exabrupto, ese despropósito, y lo exhibe como con orgullo, con un orgullo ilegítimo y faltón.

No me incluyáis ahí. Yo soy arquitecto, o al menos me tengo por tal, y no respondo en nada a lo que ahí se dice, e incluso lo poco que sé y que me apasiona de toda esa lista lo disfruto en silencio, sin chulearme ni decirle a nadie que yo sé más. Por ejemplo, si me gusta la literatura y el cine es porque disfruto con ello, y no necesito sacar pecho ni los pies del plato.