Sobre todo porque el mayor porcentaje de obesidad se da entre los 5 y 11 años de edad, y México ocupa el primer lugar en este sector de la población.
Entre las causas principales están la ingesta de comida rápida y el sedentarismo, pero el desorden de comer golosinas empieza en Halloween y continúa con los festejos decembrinos, de Año Nuevo o la Rosca de Reyes.
El problema se eleva, además de que la actividad física disminuye en estos días por el frío. “Es muy común que en los colegios o en la casa se les obsequie a los niños bolsitas de dulces”, añade la experta.
El problema es que a las golosinas se suma la comida rápida que consumen los pequeños. Una manera de modificar estas costumbres, es transmitirles buenos hábitos, y entre ellos está marcarles el horario de las comidas y sólo servirles la ración que se requiere.
Que tengan una dieta balanceada, sin excesos ni deficiencias, y decirles que no cuando sea necesario, y si insisten en comer más, ofrecerles un snack saludable.
“Nunca decirle al niño que está a dieta, sino que debe aprender a comer bien.
“Es horrible que regañen al niño enfrente de los demás, porque ahí empieza el conflicto. Entonces, hay que platicar con él antes y decirle que lo que se le va a servir es lo que va a comer, y si al llegar a casa tiene hambre, se le puede dar otro alimento nutritivo”, afirma Agundiz.
Evita que suban de peso
• Junta los dulces que recibió tu hijo en esta época en una caja o recipiente llamativo, en lugar de que las golosinas estén dispersas por la casa.
• Haga una selección de dulces para evitar que consuma los más calóricos, por ejemplo, son mejores las gomitas, chicles, paletas, caramelo macizo o cacahuates naturales, comparados con los chocolates, cacahuates confitados, dulces rellenos de mermeladas o jarabes.
• Asegúrate de que el pequeño entienda que puede comer alguna golosina, siempre y cuando su dieta sea balanceada y no utilice los dulces o postres como premio. Es un error decirle: “si te terminas toda la comida te doy un dulce”.
• Es importante que estabilice los horarios de tu hijo y sólo le permita consumir azúcares durante el día, no en la noche, porque puede interferir en su descanso.
Fuente: Mitzy Agundiz