Esa punzada en el estómago

Por Saludyotrascosasdecomer
Preparas café, te sientas, abres el cuaderno y rebuscas en la memoria una palabra, un gesto, aquel instante, esa punzada en el estómago que sea el inicio de la pequeña historia de cada día: el ramo de flores marchitas atado en el quitamiedos herrumbroso de una curva en la carretera, la furgoneta dorada que lleva a los niños a la escuela, el sol que aparece por sorpresa encima de las montañas al cruzar el puente, el domicilio urgente que te aguarda al llegar al centro, la paciente que tiene un adenoma pleomorfo de parótida que ha crecido hasta descansar en su hombro izquierdo, el loco que siempre habla de dragones, la madre asustada porque su hija de catorce años le contó anoche que se acostaba con su novio, el hombre que pregunta cuántos años le pueden quedar de vida porque quiere hacer testamento, la llamada de un amigo desde Argentina, la cirigüeña se usa para curar las verrugas, el regreso a casa y una canción de Teenage Fan Club, un vaso de vino tinto, la siesta, sus manos.