No siempre se dispone de un escaparate grande y espacioso, y en el caso de que así fuera, habría ocasiones en las que eso también nos supondría un inconveniente. Por lo tanto, hay que adaptarse a lo que uno tiene y empezar a crear a raíz de eso… El propio espacio nos habla, nos marcará unas directrices de por dónde podemos o no tirar, así que antes de pensar en nada, lo más importante es ver el lugar, tomar medidas y escucharlo… ;)
El escaparate de hoy justamente es de los pequeños, cabe un maniquí y una sutil decoración, pero eso no significa que vaya a ser menos efectivo que uno grande (aunque si es cierto que en sí la vitrina desde la calle se verá menos por ser más pequeña), pero si está bien trabajado el concepto, el diseño y el estilismo, el mensaje va a llegar al público.
A mi me gusta por su sencillez; el coste es mínimo y la imagen atrayente. Plumas de colores vivos y llamativos para realizar la cresta y la propia decoración, y no hace falta mucho más para conseguir un look divertido e informal.