Hoy me levanté con dolor de estómago. En mí en bastante raro porque no suelo tener problemas digestivos, es mas, puedo comer absolutamente cualquier cosa y en cantidades generosas que siempre me encuentro bien. Entonces pensé "esto debe ser algo que tengo que resolver dentro mío, en mi cabecita"
Escuché a mi cuerpo un rato y localicé que el dolor era en la boca del estómago, por lo que entendí que eran nervios, entonces tomé un papel para apuntar las cosas por las que me estaba preocupando y vacié la cabeza:
1) trabajos para entregar de la Universidad
2) Trámites domésticos que atender, como por ejemplo una mancha de humedad en el baño que crece de manera amenazante
3) Estoy a la espera de resultados de algunas notas y de unos análisis clínicos
4) falta muy poco para la formación en biodescodificación, lo que implica que también viajaré después de unos cuantos meses, por fin!
6) Solucionar algunos temas laborales.
5) etc. etc. etc.
Ninguna de las anteriores cosas de la lista era de vida o muerte, pero todas juntas me causaban una especie de inquietud que se asentaba en el estómago.
Para mucha gente cualquier molestia es motivo de tomarse alguna pastillita o un primperán y ya esta, todos contentos. Pero esto solo puede paliar el problema, lo que hace es callar el síntoma momentáneamente, porque el malestar después sigue su curso traduciéndose a veces en una enfermedad.
Aprender a entender lo que manifiesta el síntoma nos ayudaría muchísimo a mejorar la calidad de vida. Hay miles de maneras de escuchar al cuerpo, si callamos la mente por unos minutos seríamos capaces de averiguar que es lo que pasa en nuestro interior y cual es el conflicto a resolver.
La meditación es una herramienta muy poderosa para este tipo de situaciones, hay muchas maneras de hacerlo, desde intentar poner la mente en blanco hasta trasformar un escenario donde puedes rodar tu propia película, este método combinado con una respiración pausada es ideal. Pero lo mas importante ser sincera con una misma, cuando te vas a preguntar cuales son los motivos por que te encuentras físicamente mal, es fundamental no hacer juicios, por mas cretinos, irrelevantes o ridículos que te parezcan los motivos no hay que inhibirlos. Sacarlos a la luz y verlos de frente rebaja significativamente el nivel de malestar que puedan causar.
Después de hacer mi lista y ser consciente de la semana que me esperaba, decidí tomar las riendas y no dejar que ideas flotadoras ronden alrededor de mi cabeza por libre. Comencé a trabajar en cada uno de los apartados, y con alegría noté que conforme transcurría la tarde el dolor iba haciéndose más y más leve. El cuerpo siempre nos está hablando, cuando hay algo por resolver nos protege, a su manera nos avisa que no debemos desatender ciertos asuntos, como los nervios, los disgustos, el rencor, etc. Por eso es importante saber que el cuerpo no es una entidad aparte, que somos parte de un todo: corazón, mente y cuerpo. Somos un todo integrado, y si una de las partes nos duele, las demás están implicadas también.