Escucharte, Observarte… ¡Conocerte! ¿Para qué?

Por Ritacoach @ritatonecoach

¿Para qué nos sirve conocernos?

¿Te lo preguntaste alguna vez?

Conocernos nos permite lograr saber lo que queremos para nosotros, para nuestra vida.

Conocernos hace que podamos construirnos como seres íntegros, sin miedo.

Conocernos nos sirve para aprender el difícil arte de sostener el timón de nuestra vida.

Conocernos es… en síntesis, la base sólida para nuestro crecimiento personal.

Habrás escuchado:

Conócete a ti mismo. Lo dejo sin autor porque todavía no se sabe realmente quien fue. De todas maneras, ¿importa saber quién lo dijo o importa más la sabiduría que encierra esta sentencia?

¿Te conocés a vos mismo?

¿Te animás a “meterte” con vos, encuentres lo que encuentres?

¿Sabés quién sos?

¿Te encerrás en conversaciones (que sentís que no pertenecen a tu ser) internas que creás para no conocerte?

¿Te escuchás?

¿Te prestás atención o seguís por la vida inmerso en la transparencia porque es más “cómodo”?

¿Quién sos?

¿Qué no te gusta de vos?

¿Qué quisiera hacer diferente pero no tomás el desafío del cambio porque le tenés miedo?

El que conoce a los demás es sabio. El que se conoce a sí mismo está iluminado. Lao Tsé

Fabián Mozzati, Director del Gimnasio del Ser y del Club de la Efectividad (Rosario, Santa Fe, Argentina) diseñó una frase con la que siento que podremos comunicarnos efectivamente, mediante este post.

Si no se quién soy no conozco lo que necesito. Si no se quién soy tomo lo que encuentro sin elegir y, si no elijo, seguro me equivoco. Si no se quién soy busco el compañero equivocado y estoy igual de solo. Si no se quién soy me siento un extraño en mi propia piel y no disfruto de mi. Si no se quién soy, pierdo mi brújula y estoy desorientado. Por el contrario, si trato de acercarme sin temor a mí mismo, a mi interior profundo, conoceré recursos insospechados y habré encontrado a mi mejor amigo -yo mismo- para buscar juntos lo justo y verdadero, para buscar… ser feliz.

   “No conozco lo que necesito”.

   ¿Conocés lo que necesitás?

   ¿Accionás en base a lo que necesitás o seguís haciendo lo que sea para vivir aunque te sientas mal?

   ¿Querés conocer lo que necesitás o preferís no conocerlo para no tener que actuar en consecuencia?

   Si no conocés lo que necesitás… ¿Podés ir por ello?

  

   “Tomo lo que encuentro sin elegir”… (¡Qué dolor me produce esta frase!)

   Aceptás a la gente que se te acerca aunque no te guste, vivís en pareja con alguien porque “¡Ya hace tanto tiempo que están juntos!”, trabajás en lo que podés porque “es lo que hay”, nunca decís no porque no querés quedar mal… Estás acciones que realizás te alejan en forma permanente de tu Ser único y real, tu Ser Esencial… ¿Cómo se puede vivir sin poder ser quiénes somos? ¿Cuánto dura esto? Te enfermás en un momento… ¿Por qué será?

   El hombre que no puede elegir ha perdido la condición humana. Anthony Burgess

 

   “Me siento un extraño en mi propia piel y no disfruto de mí”.

   ¿Te das cuenta de lo que es “sentirse un extraño en la propia piel”?

   ¿Lo has sentido alguna vez?

   Una o mil veces, en algún momento, lo sentimos. Sentimos que estamos “fuera” de nosotros, y que no nos llevamos bien con el ser que somos.

   ¿A qué te parece que se debe esto?

   ¿Valdrá que asumas el riesgo de conocerte… aceptarte y cambiar lo que no te guste de vos?

   “Pierdo mi brújula y estoy desorientado”

   ¿Sabés adónde vas?

   ¿Sabés lo que querés?

   ¿Por qué creés que no llegás a ningún lado de los que te proponés?

   ¿Es ese el camino que querés transitar?

   ¿Qué te impide cambiarlo?

   ¿Cómo conocerte?

   ¡Escuchate! ¡Observate!

   Con serenidad, atentamente, con amor, con aceptación.

   Aprendé a distinguir cuando te mentís, cuando no querés ver, cuando el que habla es el miedo.

   No te permitas auto-destruirte.

   Sacá tu coraje y valor y atrevete a cambiar lo que te hace daño, ya sea trabajo, personas o situaciones.

   Aceptá tu lado oscuro… (Todos lo tenemos)

   Las personas son como la luna. Siempre tienen un lado oscuro que no enseñan a nadie. Mark Twain

   Bien… pero mostrátelo a vos mismo.

   El reconocimiento y aceptación de vos mismo abre el camino a tu auto conocimiento.

   Pedí una conversación de Coaching, con un Coach con el que sientas confianza, y dale autoridad para que te muestre lo que escucha en tu lenguaje, que vos no podés escuchar, lo que observa en tus acciones que vos no podés observar. 

   Háblame para que te conozca. Sócrates

 

   Tus acciones –hablar también es una acción- te desnudan, no en el sentido de que te exponen, sino en el de la posibilidad que esto implica para que te conozcas.

   A estas alturas, quiero preguntarte si…

   ¿Pensás que es importante conocerte?

   En muchas ocasiones, lo que estás haciendo (o diciendo), no tiene nada que ver con lo que creés que estás haciendo o diciendo.

   Mediante un análisis de tu proceso, vas a descubrir por ejemplo…

   Que hacés lo que hacés para evitar hacer lo que temés.

   Que estás luchando contra alguna debilidad y no te estás dando cuenta de que con tu hacer y decir estás estimulando que ella crezca.

   Que tenés miedos ocultos que no querés reconocer y que mientras esto suceda, no los podrás atravesar.

   Que le estás dando importancia a cosas que en realidad, no te importan y que estás dejando pasar las que sí suman para tus logros.

   La primera virtud del conocimiento es la capacidad de enfrentarse a lo que no es evidente. Jacques Lacan

   ¿La base para que este proceso resulte?

   Humildad para darte cuenta de que tenés que entregarte con tu escucha desde el corazón para que impacte en vos. Dejar de lado tu pensamiento espontáneo: “Esto ya lo sé”.

   Coraje para encontrarte con lo que no te gusta de vos. Animarte a conocerte con la posibilidad de hacerte mejor y de mejorar todo tu mundo.

   Confianza en tu proceso, para lo cual, necesitás tu honestidad y autenticidad puesta a tu servicio.

   Conócete a ti mismo y ganarás todas las batallas.

 

   Mirá cómo todo reside en el lenguaje, como podemos engañamos con él … y cómo lo podemos acomodar, a veces, sin darnos cuenta de lo que estamos haciendo en detrimento de conocernos…

   Dos amigos salen de la Iglesia y uno de ellos pregunta si él podría fumar mientras reza.

   El otro le dice: -¿Por qué no le preguntamos al cura?

   Vuelven y el que quería saber, pregunta: -Padre, ¿se puede fumar mientras se reza?

   A lo que el cura responde: -No, no, hijo, de ninguna manera. Eso va contra todo lo que tu religión enseña.

   Entonces, el otro le pregunta: -¿Se permite rezar mientras uno fuma?

   Y el cura responde: -Por supuesto, hijo, por supuesto.

 

   ¿Te conocés a vos mismo?

   ¿Estás intentando hacerlo?

   ¿Te escuchás? ¿Te observás?

   ¿Estás haciendo algo por vos?

   Por el placer de compartir.