Especial interés tiene para mí la cascada realizada con ladrillos de vidrio, en diferentes tonos de azul y verde, simulando una cascada que fluye. Su interés se centra en que quiere crear una sensación de constante fluir del agua, realizado sobre una cascada real. Cuando el agua no fluye la sensación de continuidad no se para, pues el cristal la sustituye. Esta cascada está ubicada en Toronto, Canadá.
No es la única escultura ligada al agua, y a los jardines. En Westonbirt, Inglaterra, podemos ver otra escultura excepcional, por el manejo de las formas y el color. Se trata de unas placas de roca de cristal en color amarillo ámbar en el centro de un estanque. Los colores y las formas tienden a romper y fundirse a la vez con el entorno.
Te recomiendo visitar la página de Swon Design, y disfrutar de sus esculturas.