La calle se llenó de tomates, mediodía, verano, la luz se parte en dos mitades de tomate, corre por las calles el jugo.
En diciembre se desata el tomate, invade las cocinas, entra por los almuerzos, se sienta reposado en los aparadores, entre los vasos, las matequilleras, los saleros azules.
Tiene luz propia, majestad benigna.
Debemos, por desgracia, asesinarlo: se hunde el cuchillo en su pulpa viviente, es una roja víscera, un sol fresco, profundo, inagotable, llena las ensaladas de Chile, se casa alegremente con la clara cebolla, y para celebrarlo se deja caer aceite, hijo esencial del olivo, sobre sus hemisferios entreabiertos, agrega la pimienta su fragancia, la sal su magnetismo: son las bodas del día, el perejil levanta banderines, las papas hierven vigorosamente, el asado golpea con su aroma en la puerta, es hora ! vamos !
Y sobre la mesa, en la cintura del verano, el tomate, astro de tierra, estrella repetida y fecunda, nos muestra sus circunvoluciones, sus canales, la insigne plenitud y la abundancia sin hueso, sin coraza, sin escamas ni espinas, nos entrega el regalo de su color fogoso y la totalidad de su frescura.
Pablo Neruda
Aún hoy en día no he hecho nunca pasta fresca en Mi cocina, a pesar de los sabios consejos de amigas que suelen prepararla artesanalmente; quizás porque en casa no hubo tradición ni costumbre de preparar platos, recetas de origen italianas.
Mi madre, no llegaba más allá de los clásicos macarrones o espaghettis con carne picada o atún con su tomate frito, eso sí casero, como no podía ser de otra manera; mi abuela materna, Maria del Carmen Rosa, si mal no recuerdo, ni tan siquiera lo probaba, no era en absoluto de su agrado.
Poco a poco, la pasta ha llegado a ser un ingrediente habitual en Mi cocina, sin llegar a ser uno de los primordiales, sí que me gusta disfrutarla intentando lógicamente aderezarla de forma amena y variada, lógicamente sin dejar atrás las clásicas recetas por todo el mundo conocidas.
Uso siempre pasta “ascuitta” al huevo y en el 99% de los casos de la marca Gallo.
Por cierto, hablando de pasta…¿saben que existen más de 300 variedades de pasta?¡¡ Casi “ná” lo del ojo !! (expresión malagueña que viene a significar que es mucho).
Y como Vds. sabrán lógicamente la pasta seca (en italiano se denomina “ascuitta” es la que está elaborada industrialmente con sémola de trigo duro, ya sea la pasta corta o la “lunga” que suele tener unos 10 cmts de longitud (larga).
Generalmente suelo ser muy clásica a la hora de elegir la pasta, si es larga generalmente espaghettis o como mucho fetuccinis; si es corta, los macarrones rayados son mis preferidos, sin dejar atrás las margaritas vegetales y las hélices vegetales para las ensaladas de pasta.
Ahora bien, a veces me cuesta elegir qué pasta para qué salsa…o qué salsa para qué pasta.
Los italianos dirán que dependiendo de qué salsa se prepare, así se elegirá la pasta; ya que la norma, o la costumbre dicta que se elige la salsa y luego la pasta y no al revés.Tienen un dicho: “ a cada salsa: su pasta”.
No soy en absoluto una entendida, ni experta en la cocina tradicional italiana, así que miedo me da el catalogar como receta italiana los platos de pasta que suelo preparar, lo hago con mi mayor respeto hacia los platos tradicionales del país vecino.
Me consta que uno de los platos más famosos de Sicilia es la pasta con tomates confitados y anchoas, receta que no tenía en mi poder éste fin de semana; iba a preparar espaghettis con la salsa más clásica que Vds. se puedan imaginar para el resto de la familia….pero yo quería algo diferente, experimentar nuevos sabores, vamos que sí o sí tenía que probar ésos tomates confitados ecológicos, de Ronda, que llegó a Mi cocina de la mano de Carmen, de la empresa malagueña Marengo Sur quien tuvo el detalle de visitarme personalmente y regalarme ésos productos de la tierra que comercializan.
Con ellos le di rienda suelta a mi imaginación, comencé a mezclar y resultó un plato francamente delicioso.
La verdad es que los tomates confitados, me han sorprendido, nunca los habia probado y es por ello que merecen ésa oda al tomate del genial poeta con la que comienza la introducción de la receta de hoy.
Estos tomates malagueños son sorprendentemente deliciosos, le dieron a la pasta un punto dulce acaramelado, un delicioso contraste para el queso blanco y el salado de las anchoas, el toque de frescor se lo dio la albahaca fresca.
¿Cómo lo hice?
Ingredientes para éste plato (una persona): Espaghettis “ascuitta” (unos 100 grms aproximadamente, me suelo guiar por la medida de mi mano cerrada al unir el dedo índice con el pulgar…los espaghettis que quepan en ella), una cucharada sopera de piñones, hojas de albahaca fresca, cuatro o cinco anchoas, aceite de oliva virgen extra (a ser posible malagueño), sal y queso blanco fresco de cabra (malagueño))
Con todo ello, preparé y disfruté éste apetitoso plato de pasta.
Poner a calentar en una olla abundante cantidad de agua junto con un chorreoncito de aceite (con ello la pasta no se pegará al cocerla), hasta que empiece a hervir.
Cuando llegue al punto de ebullición añadir un puñadito de sal (así se consigue aumentar ligeramente su temperatura antes de añadir la pasta, lo que en gran medida permite compensar la pérdida de calor del agua al agregar la pasta en la cacerola).
Nada más echar la sal, enseguida introducir en el agua la pasta y dejarla cocer siguiendo las instrucciones del fabricante (ésta deberá quedar al dente, procurando que no se pase de cocción y quede “lamiosa”).
Mientras, en un cuenco “machacar” con un tenedor un trocito de queso, añadir los tomates confitados, las anchoas cortadas en trozos, los piñones, la albahaca y salar al gusto, removiendo bien todos los ingredientes.
Sacar la pasta con unas pinzas y pasarla al plato (mi consejo: no escurrir la pasta en un colador, sino cogerla directamente del agua, así quedará un poco del caldo de cocción y no quedará demasiado seca y le dará un poco más de cuerpo a la salsa).
Agregar sobre los espaghettis la mezcla del resto de los ingredientes, mezclando bien todo el conjunto, regando por último, generosamente con aceite de oliva virgen extra.
¡¡ A disfrutar con tenedor y cuchara !! … Buen provecho…..