El secretario general de Sanidad, José Martínez Olmos, confirmó ayer que las comunidades ya habían destruido las vacunas contra la gripe A sobrantes del año pasado. En total se calcula que eran unos seis millones de dosis, que habían costado alrededor de 40 millones de euros.
El ministerio y las comunidades tomaron la decisión de destruirlas ante la imposibilidad de reutilizar las vacunas, ya que la que se ha distribuido este año ya incluía la de la gripe A y otras dos cepas, que son las que se espera que circulen este invierno (aunque los datos epidemiológicos muestran que la incidencia está siendo muy baja). Como han llegado nuevos preparados, no tenía sentido usar los otros.
Pero aquella pandemia que resultó tan poco peligrosa ha dejado otras secuelas. Varios consejeros de Sanidad manifestaron ayer en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud que se reunió en Santiago su preocupación porque la tasa de vacunaciones no era tan alta como la de otros años. Se esperaba que hubiera 11 millones de vacunaciones, pero no se están alcanzando esas proporciones, indicaron los consejeros.
**Publicado en "El Pais"