España es el país europeo con mayor tasa de obesidad con unas cifras a medio camino entre la media europea y los Estados Unidos. En concreto, el sobrepeso afecta al 60% de la población española, y la obesidad a uno de cada cuatro adultos y a uno de cada tres niños. Así lo ha manifestado el cirujano bariátrico y director médico de IntraObes, Miguel Ángel Escartí, con motivo del Día Europeo de la Obesidad que se celebra mañana.
En este sentido ha señalado que España es líder europeo en obesidad aproximándose a Estados Unidos en obesidad de adultos, mientras que en obesidad infantil, España es uno de los países con mayor tasa de obesidad del mundo, igualando o superando a los americanos.
Asimismo, Escartí alerta de que la crisis produce un menor consumo de alimentos frescos, frutas y verduras y un incremento del consumo de comida rápida, precocinados y alimentos ricos en grasas , mucho más baratos.
En cuanto a tratamientos de sobrepeso y obesidad, el director médico de IntraObes ha incidido en que en España antes de la crisis estos tratamientos suponían un 1% del PIB, pero pese a ello el número de operaciones de obesidad en España ya era considerablemente inferior que en otros países europeos.
En concreto de los 6.000 casos operados en España en 2007, en Bélgica se operaron 20 veces más casos en relación a la población del país y en países como Francia o Alemania se operaron cinco veces más casos que en España por 100.000 habitantes.
En esta línea Escartí afirma que actualmente la crisis está incrementando significativamente la listas de espera de cirugía de obesidad o bariática ya que se trata de un proceso con un coste de 10.000 euros por paciente para la Seguridad Social.
Además, los recortes en Sanidad de este año han supuesto una disminución del 40% del presupuesto de las campañas de prevención de la obesidad infantil.
Finalmente Escartí ha manifestado que: “ los españoles tienen cada vez más problemas de sobrepeso por la disminución de la actividad física y el abandono de la dieta mediterránea. Si esta situación no se controla con la misma eficacia que en otros países de Europa, las consecuencias en un plazo de diez años serán devastadoras para la salud de nuestra población ya que los pacientes obesos tienen peor calidad de vida, muchas más enfermedades y más graves, y peor adaptación sociolaboral”.