España prepara una nueva Constitución basada en la inteligencia colectiva

Por Zuloark
16-06-2011

EXTRA! EXTRA!

España se enfrenta a un nuevo reto democrático. La demostración de inconformidad con el actual sistema representativo y el mayoritario apoyo por parte de la sociedad civil al movimiento del #15m (el 90% de la población según Metroscopia)  han conducido al gobierno a la conclusión de que había que repensar algunas cosas del sistema apoyándose en lo aprendido desde la Transición.

¿Cierto? NO!

Stjornlagarad. Esa palabra clave, impronunciable para mí, recuerda al nuevo color de la esperanza. Ya no es el verde, sino el azul de las lonas que cubrieron Sol. Y el país donde me apetece ir de vacaciones: Islandia. Turismo político lo llaman. A respirar, a notar todo y a que se nos pegue.

En Islandia, tras la revolución pausada y firme han conseguido evaluar, dentro del sistema y a través del sistema, el trabajo de sus responsables políticos. No parece descabellado que los dirigentes se sometan a juicio, igual que en otros ámbitos se valora la calidad de un servicio. Pero hay un paso más: Construir colectivamente una nueva Constitución 2.0, reformando la de 1944 que es una adaptación de la danesa. De la revolución a la evolución.

¿Cómo? Existe, por supuesto, una Comisión Constitucional que se encarga de la redacción. Sus borradores de trabajo se publican en la web Stjörnlagaráò, practicamente en tiempo real y a través de las redes sociales ( 2/3 de la población islandesa tiene perfil en facebook) de forma que cualquiera puede hacer sus comentarios y matizaciones para que se tengan encima de la mesa en los debates.

Trabajan sobre las decisiones y propuestas resultado de las Asambleas populares celebradas previamente por todo el país.
Þorvaldur Gylfason, uno de los 25 miembros* de la Comisión Constitucional, dice en The Guardian: “Así la opinión pública puede asistir al nacimiento del nuevo documento. Es un procedimiento muy distinto al de los viejos tiempos, cuando los constituyentes preferían recluirse en un lugar apartado, fuera de las influencias externas”. En contraposición, el streaming de las reuniones y la publicación de los resultados. Vaya, ¡aquí luchamos por el #opendata y allí están ya en el debate abierto!
Lo que llama “influencias externas”, que son las opiniones de los ciudadanos y las presiones de mercados se controlan con el grupo de 950 ciudadanos ( de los 318.452 habitantes que tiene el país)  que fueron elegidos para participar en las jornadas de debate sobre esta nueva Constitución. Así se pretenden evitar los errores del pasado, conseguir una separación efectiva de poderes y planear un sistema más transparente y honrado para la elección de cargos públicos.

El Althing, que es el parlamento islandés, someterá el texto final a referendum vinculante, previsiblemente en Julio de este año.

Johanna Sigurdardóttir ha manifestado que esta forma de construir el nuevo Documento, llevará a la reconstrucción y la reconciliación de un país que atraviesa la crisis más grande en su historia como nación independiente.

NOTAS:

*25 miembros de la Comisión Constitucional.  Los miembros de la Comisión o Asamblea Constitucional, fueron elegidos a partir de una lista de 500 ciudadanos voluntarios que mostraron su interés en participar en éste órgano. Entre ellos hay matemáticos, empresarios, periodistas, granjeros…