Mezclar lo nuevo con lo antiguo, con los resultados esperados... Como cuando damos paso a un nuevo año y nos quedamos sólo con lo mejor del anterior... Ahora es posible estar a la última sin renunciar a esa pieza imprescindible que forma parte de nuestros recuerdos más íntimos, sin miedo a que desentone con nuestra nueva forma de afrontar la vida...
Pues si yo tuviera que elegir, me quedaría con ese IMPRESCINDIBLE ESPEJO por lo general de estilo BARROCO y dotado de bendita DECADENCIA que lució durante toda una vida en la alcoba de nuestras abuelas...
La única diferencia, es que, ese ESPEJITO ESPEJITOmágico, bañado en oro y filigranas, decora ahora nuestros baños, vestidores y recibidores y abandona su lugar sobre las cómodas para apoyarse directamente sobre el suelo...
Hoy, apostamos por ELLOS, esos insuperables testigos de historias que cobijados en su belleza permanecen impasibles ante el inexorable paso del tiempo para aquellos que los miran desde el otro lado con envidia...
El dorado, icono de opulencia y valor añadido... Pero si lo tuyo es la discreción más absoluta, la alternativa perfecta, puede ser la plata envejecida o el blanco inmaculado... ¿Con cual te quedas?
¡FELIZ FIN DE SEMANA!