Tocó la tecla blanca del piano… y luego la negra, y con ello, ahuyentó a la tormenta del olvido. Cuando era pequeño le apasionaban los juegos de magia. El que más le gustaba era el de la chistera de doble fondo. Esa era su herencia familiar, un conejo bajo la chistera que luego trasladó a su batalla diaria de togas negras y puñetas blancas mezcladas con legajos, recursos y pleitos (espejismos). Microrrelato de Ángel Silvelo Gabriel
Tocó la tecla blanca del piano… y luego la negra, y con ello, ahuyentó a la tormenta del olvido. Cuando era pequeño le apasionaban los juegos de magia. El que más le gustaba era el de la chistera de doble fondo. Esa era su herencia familiar, un conejo bajo la chistera que luego trasladó a su batalla diaria de togas negras y puñetas blancas mezcladas con legajos, recursos y pleitos (espejismos). Microrrelato de Ángel Silvelo Gabriel